Ciencia y Cultura



Científicos descubren una forma natural para destruir bolsas de plástico: gusanos


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Agencias
2017-04-24  
15:42

Cada año se generan en el mundo unos 80 millones de toneladas de polietileno, un material extremadamente difícil de degradar: una bolsa hecha con la versión de baja densidad de este material necesita unos 100 años para descomponerse completamente, y si se trata de polietileno más duro y resistente, el tiempo se multiplica por cuatro. Teniendo en cuenta que cada persona utiliza de media más de 230 bolsas de plástico, esto nos deja con un problema medioambiental considerable: unas 100.000 toneladas de residuos de polietileno que hay que gestionar.


Actualmente, para eliminar este plástico se utilizan procesos que implican elementos químicos corrosivos, como el ácido nítrico, y que pueden llevar varios meses. Pero científicos del CSIC han descubierto un método inesperado que ayudaría a lidiar con este problema: la polilla de la cera, o Galleria mellonella, que normalmente se alimenta de miel y cera de los paneles de las abejas, es capaz de degradar el polietileno. Es la primera vez que se demuestra que un proceso natural puede echar una mano con esto.


"El plástico es un problema global"


"El plástico es un problema global. Hoy en día, este tipo de residuos se puede encontrar en cualquier parte, incluidos los ríos y los océanos. El polietileno en particular es muy resistente, y como tal, muy difícil que se descomponga naturalmente", ha explicado Federica Bretocchini, investigadora del Instituto de Biomedicina y Biotecnología de Cantabria.


"Hemos llevado a cabo muchos experimentos para probar la eficacia de estos animales biodegradando polietileno. 100 polillas de la cera son capaces de descomponer 92 miligramos de polietileno en 12 horas, es mucha velocidad", explica Bertocchini. Pasada la fase de la larva, el insecto se envuelve en la crisálida blancuzca. Los investigadores descubrieron que simplemente manteniendo las crisálidas en contacto con el plástico, el polietileno continúa biodegradándose.


La composición de la cera de las abejas es similar a la del polietileno. De acuerdo con los investigadores, esta puede ser la razón por la que el insecto ha desarrollado un mecanismo que le permite procesar este tipo de plástico. "Aun no conocemos los detalles sobre cómo ocurre esta biodegradación, pero creemos que hay una enzima involucrada. El siguiente paso es detectarla, aislarla y aprender a producirla in vitro a escala industrial, para poder empezar a eliminar con éxito este material", explica Bertocchini.


Descubrimiento por azar


La investigadora explica que es también apicultora aficionada, y que descubrió este atributo del gusano de la polilla de la cera por azar. Un día se dio cuenta de que los panales que guardaba en su casa estaban cubiertos de larvas que se estaban alimentando de la miel y la cera sobrante de las abejas.


"Quité los gusanos y los puse en una bolsa de plástico mientras limpiaba los panales. Después de terminar, volví a la habitación donde había dejado la bolsa y descubrió que estaban por todas partes. Se habían escapado, a pesar de que estaba cerrada, y al echar un vistazo vi que estaba llena de agujeros. Solo había una explicación: los gusanos habían hecho los agujeros y habían escapado. Ahí empezó este proyecto".


El Confidencial

 
 
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