Para simplificar, me remito a lo que dice el Diccionario de la RAE:
“Maniqueísmo
“1. m. Religión sincrética fundada por el persa Manes en el siglo III, que admitía dos principios creadores en constante conflicto: el bien y el mal.
“2. m. peyorativo. Tendencia a reducir la realidad a una oposición radical entre lo bueno y lo malo.”
Bueno, el persa Manes “era iranio? y nació en 216 d.C., en Seleucia-Ctesifonte (actual al-Mada'in, Irak) o cerca de allí, en el Imperio parto” y murió en una prisión persa en 274 d.C.
Bueno tanta explicación es para decir con cierta propiedad que estamos viviendo en México un tiempo maniqueo, porque nuestra sociedad está dividida en buenos y malos. El problema es que en gran parte por culpa de las encuestas de todos tipos y de variados resultados que pululan en los medios y las redes, es imposible determinar cuántos son los buenos y cuantos los malos, y peor: ya no podemos saber quiénes son los buenos y quiénes son los malos.
Los maniqueos de la Cuarta Transformación dicen que los buenos son los seguidores de AMLO y los malos son todos sus adversarios porque son conservadores, neoliberales, fifís, y porque son hipócritas, no quieren al pueblo bueno y honrado, y son traidores a la patria.
Los maniqueos de la oposición dicen que los buenos son todos los que se oponen a la destrucción del país orquestada por López Obrador y sus huestes, que son chairas, fanáticas, mentirosas, corruptas, soberbias…
Ah caray, ¿y si Manes tenía razón?
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