En nuestra pasada entrega hicimos una breve reseña  del nacimiento del mundo sindical, en ella hablábamos de la Confederación Revolucionaria de Obreros Mexicanos CROM  en la que dejaba ver que quienes dirigían o quizá dirigen a esa central obrera eran líderes de muy avanzada edad, dinosaurios sindicales  que sus ideas eran un poco arcaicas, no adaptadas a los tiempos actuales mientras que los obreros mexicanos son los que han pagado los errores de esos líderes; en este tenor, la Confederación de Trabajadores de México nacida el 24 de febrero de 1936, durante el gobierno del presidente Lázaro Cárdenas.

Tiene como antecedente a la Confederación Regional Obrera Mexicana (CROM), en la cual los fundadores de CTM, estuvieron integrados por espacio de cinco años de 1924 a 1929, año en el que decidieron retirarse para conformar una nueva central. Se constituye en primer término la Federación Sindical de Trabajadores del Distrito Federal. Suscriben en 1929 un manifiesto Por qué nos separamos de la CROM, entre otros el propio Fidel Velázquez y Jesús Yurén (quien fuera Secretario General de la todavía hoy Federación de Trabajadores del Distrito Federal, hasta su muerte) quienes formaban parte de un grupo de dirigentes de sindicatos, Fernando Amilpa (quien en un periodo fuera Secretario General de la CTM) con dos compañeros más conocidos como los cinco lobitos quienes con el ideólogo Vicente Lombardo Toledano, crearon la central obrera que agremió a trabajadores de todas las ramas de la industria, y más tarde de servicios, en todo el país.

La CTM forma parte de uno de los tres sectores que conforman la estructura del Partido Revolucionario Institucional: el obrero, el campesino y el popular, siendo el sector obrero (CTM) el más grande de los anteriormente mencionados.

La Confederación es considerada la central obrera más poderosa de México bajo la secretaría general de Fidel Velázquez.

Los secretarios generales de la CTM han sido: Vicente Lombardo Toledano (1936 - 1941), Fidel Velázquez (1941 - 1947), Fernando Amilpa (1947 - 1950), Fidel Velázquez (1950 - 1997), Leonardo Rodríguez Alcaine (1997 - 2005), Joaquín Gamboa Pascoe (2005 - 2016), Carlos Aceves del Olmo (2016 - ?); en la década de los 80’s en diversas ocasionas visité el edificio de esa central obrera ubicado en vallar 8 de la colonia tabacalera en la ciudad de México acompañando a mi amigo Anibal Pacheco López quien era dirigente nacional de los jóvenes cetemistas, es decir, de la Federación Obrera de Organizaciones Juveniles, lugar que anteriormente a él, ocupaba una persona de aproximadamente 70 años de edad de nombre Ignacio Zúñiga y por lo que me pude percatar durante todas esas visitas, muy constantes, es que Pacheco López era el único joven que formaba parte del organigrama cetemista nacional, dentro de los lideres cetemistas que pude llegar a conocer, recuerdo muy bien a don Joaquín Hernández Galicia (alias la Quina), don Napoleón Gómez Sada, padre del famoso “Napito”, a don Blas Chumacero Sánchez, Wallace de la Mancha, José Ramírez Gamero, ex gobernador de Durango, a doña Hilda Anderson Nevárez, cinco veces diputada federal, una ocasión senadora y por ultimo  miembro de Asamblea Legislativa del Distrito Federal, a Leonardo Rodríguez Alcaine, quien fuera líder de los electricistas y a muchos otros líderes más, dirigentes de federaciones de estado y dirigentes regionales; en ese sentido, Veracruz no ha sido la excepción y si hacemos un análisis no damos cuenta que la gran mayoría hasta hace algunos años, los dirigentes regionales era cetemistas que ya pertenecían al grupo de senectos, de muy avanzad edad, con pocas ilusiones de procurar el bienestar de la clase trabajadora, sin embargo, manteniendo el ideal de conservar las canonjías y privilegio que les daba el hecho de ser líder de la CTM en su municipio  entra las que se encontraba desde posiciones políticas hasta el cobro de cuotas sindicales de las que nunca rendían cuentas a nadie pues el Secretario General era el de acción política, el de finanzas, el de organización, en fin era el todólogo de esa organización, si recordáramos algunos nombres de líderes cetemistas nos daríamos cuenta si es que ustedes conocieron alguno de ellos, era personas de muy avanzada edad  como Rubén Almazán Tesillos en Pánuco, Félix Rivera  Xochihua en Papantla, Roberto Guzmán Guerrero en Álamo, Honorio Morales en el Puerto de Veracruz, Humberto Torres Mendoza en Poza Rica, Manuel Pérez Martínez en Tuxpan y desde luego quien fuera su dirigente estatal y que hace apenas unos días falleciera, don Enrique Ramos Rodríguez, sin pasar por alto a bien recordado profesor Sebastián Guzmán Cabrera quien además dirigió a la Sección 10 del S.T.P.R.M en Minatitlán, de este personaje bien se recuerda que luego de que ya era jubilado de Petróleos Mexicanos lo volvieron a hacer trabajador activo para sustituir a José Sosa Martínez en la dirigencia nacional de esa sindicato, acto en el que tuve la oportunidad de estar presente  en la ciudad de Poza Rica, esto luego de que el sistema salinista armara el llamado “quinazo”, tema en el que también pararon en la cárcel Salvador Barragán Camacho y José Sosa Martínez, acusados de varios delitos como el de enriquecimiento ilícito, venta de plazas, peculado en agravio del sindicato, además señalado como los autores intelectuales de Heriberto Kehoe Vincent, asesinado a la salida del restaurant “El chalet” ubicado frente a la plaza cívica de Poza Rica por el trabajador de la misma empresa, escrito al Complejo Petroquímico Escolín de 48 años de edad: Antonio Madrigal Mendoza, recordando que al ultimado líder lo acompañaba en ese momento Oscar Torres Pancardo y Mauro Melo Barrios, el primero secretario general y el segundo, presidente del Consejo de Vigilancia de la Sección 30 de ese sindicato; el mundo sindical durante años se ha visto envuelto en escándalos por parte de sus líderes, de tal manera que la corrupción existente en el sindicalismo mexicano ha llevado al obrero a forjarse una mala imagen d lo sindicatos y sus dirigentes, corrupción en el SNTE, en la CNTE, en el sindicato de mineros, electricistas, ferrocarrileros, en el de los trabajadores el metro, en los sindicatos de aviación, en fin, en todos lados al mencionar la palabra sindicato, el obrero inmediatamente entra en temor de formar parte de él y mucho más temor es el hecho de que tenga que pagar cuotas para trabajar y qué mejor ejemplo que lo que se estila en el sindicato petrolero, sobretodo en el área de las plataformas marinas  en donde una de las llamadas “fichas” llega a cotizarse hasta en 150 000 pesos, mientras que en algún otro departamento los contratos por 28, 60 y 90 días alcanzan precios variados según las categorías que estén ofertando y el departamento que sea.

Con todo esto, los mexicanos le rehúyen al sindicalismo, cosa que los patrones han aprovechado muy bien, pues lo trabajadores no tienen la menor posibilidad  de defender sus derechos que el artículo 123 de nuestra Carta Magna les otorga, tan solo en esta cabecera municipal, un buen número de empresas pasan por alto el reparto de utilidades que por ley deben de otorgarle al trabajador por l mes de mayo, algunas otras olvidan que en el mes de diciembre  debe de entregarles el aguinaldo a sus trabajadores y en algunos casos en el mes de noviembre loe empiezan a despedir para no verse obligada pagar esa conquista laboral, ¿cuantas empacadoras ubicadas en Estero del Ídolo violan estos derechos laborales? ¿Cuántas de estas empresas no brindan la seguridad social a sus trabajadores? No respetan los lineamientos de seguridad e higiene  como estipula la ley, salarios de explotación, en fin, pero al final del túnel, los patrones no tienen la culpa, sino los mismos trabajadores por no organizarse y hacer valer sus derechos, los sindicatos no son malos,  malos son sus líderes por sus ambiciones y en algunos casos por su falta ya de espíritu para enfrentar luchas laborales con las empresas, preguntémosle, pues, a las empresas Super Alán, Aurrera, Arteli, Soriana y todas a cada una de las empacadoras y desde luego las empresas procesadoras de cítricos que funcionan en esta ciudad, si cumplen con lo establecido por la Ley Federal del Trabajo, el sindicalismo requiere sangre joven, requiere hombres y mujeres que tengan la verdadera vocación de la defensa de los derechos laborales  y no adefesios que solo están pensando en la manera de sobrevivir a costa de los demás. Por cierto, ¿Dónde están, si es que existen, los inspectores d la Secretaria de Trabajo?

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