Pero en cambio busco por tierra y mar la innecesaria construcción del malecón, obra que fue cuestionada por un gran sector de la sociedad Catemaqueña y por serios arquitectos al señalar que la infraestructura del malecón debió ser reconstruida y el recurso sobrante invertirse en la ampliación del mismo malecón.
Esta población es un espejo de lo que sucede en los Tuxtlas debido a que sus problemas son múltiples porque en este lugar se registran diariamente constantes fugas de aguas residuales del sistema de drenaje, el cual desemboca en el lago de Catemaco, contaminado su fauna acuática.
Este problema sanitario es más notable en época de lluvias, ante la falta de un desvío de las corrientes pluviales al Lago Catemaqueño, obra prioritaria que necesita Catemaco, para su desarrollo sustentable y así convertirse en un Pueblo Mágico, sin embargo como estás acciones no dejan ganancias, en ningún momento le han interesado al munícipe, Jorge Alberto González Azamar.
Así juega el primer edil Catemaqueño, con el hartazgo de sus coterráneos utilizando todo lo que le sirva para sus fines políticos, sin importarle las carencias del pueblo que dice defender, el cual es el principal perjudicado de este mal gobierno.
Lo que en verdad le interesa Jorge Alberto González Azamar, es encontrar apoyos para sus mesiánicas aspiraciones y así dejar su sustituto en el cabildo Catemaqueño.
La política actual del equipo de los inquilinos del palacio municipal Catemaqueño, es anunciar a los seguidores de González Azamar, que es conveniente repetir en el ayuntamiento, pero a estas alturas Jorge Alberto González Azamar, ya no espanta ni puede engañar a nadie, con el cuento de que tiene todas las canicas para seguir en el poder municipal, por lo que seguramente tendrá que aliarse con otras fuerzas si quiere tener un chance para participar en el 2017 y si no al tiempo. Esta historia continuara.
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