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Edgar Hernández.
 

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Cómo exterminar a los Yunes
2017-02-22

Renato Alarcón, cabeza de playa de Fidel Herrera para atajar a Pepe, Héctor y Miguel Angel


La lucha por el poder empezó hace más de tres décadas.


A Fidel nunca gustó la presencia política de Miguel ni cuando priista y menos como opositor. El empeño de Héctor siempre lo tuvo en jaque y la ortodoxia política y honradez de Pepe eran impensables para una corriente política, la Fidelidad, gestada en los entretelones de la corrupción y el saqueo.  


Fidel Herrera nunca fue amigo de nadie.


Le ganaba siempre el recelo, la envidia, la belleza ajena. Hijo de una familia disfuncional, con nueve hermanos y una enorme pobreza, añejó a lo largo de su juventud marcados resentimientos.


En los setenta del siglo pasado su vida cambia, al igual que la de Dante, la de Yunes Linares y otros inquietos jilgueros del echeverrismo empujados por don Rafael Hernández Ochoa.


Luego la oportunidad de ir a Londres becado, regresar etiquetado entre la familia política priista y las primeras alianzas. Las del Fidel Herrera Beltrán siempre con su partido, el PRI 


Fue así que en 1988, después de repetidas andanzas políticas juveniles y un cargo de elección popular, es integrado por Patricio Chirinos al servicio público en Sedue. 


Hasta ahí lleva a su amigo del alma Miguel Angel Yunes Linares con quien rompería por razones no del todo bien aclaradas. Algún día Fidel comentó de manera obtusa y burlona a este reportero que el mayor resentimiento de su amigo era porque “yo tenía el pene más grande”. Hay otra versión, sin embargo, que refiere la disputa por una mujer. Y una más, la real lucha por el poder de Veracruz que los enfrenta para siempre.


El punto es que para el 2004 y en 2010 por la gubernatura Miguel Angel es derrotado gracias a las triquiñuelas electorales del Fidel quien le gana la elección en tribunales por un margen sospechosamente mínimo (1.5% y 3.2%).


Ya para el 2016 gracias a voto de castigo en contra del PRI, Miguel Angel llega finalmente a tan aspirado cargo recrudeciéndose el diferendo.


Fidel, sin embargo, está cierto de un revire gracias a que es dueño del PRI –Renato Alarcón es un alfil impuesto por Erick Lagos y Jorge Carvallo para empujar a Javier Herrera Borunda-, y a que es propietario del Partido Verde y tiene comprado a Morena.


Para Fidel el PRI es pan comido.


Con una marioneta provisional –Renato se va después de la elección de junio- confía en que sus reales operadores, los de la Fidelidad, irán por el desbanque del PAN-PRD. En el infantilismo de la política se apoya en el voto de castigo, pero en contra del PAN por la fallida gestión de Yunes Linares.


El otro Yunes.


Con la presencia en Veracruz, de Héctor Yunes Landa desde finales del mandato de Miguel Alemán, se recrudece el odio hacia los Yunes –piel blanca, ojo claro y familias integradas- el dobletea su lucha por el exterminio.


Recomendado por Manlio Fabio Beltrones, el compromiso era entregarle a Héctor la Secretaria de Gobierno. 


Pero algo pasó en el tránsito al quedarse como segundo de esa dependencia y ya con la Fidelidad en el Gobierno empezar en la escalera del poder para posicionarse en la terna por la sucesión del 2010.


Por la vía del engaño y la pirotecnia política Fidel juega con un Héctor Yunes crecido y temerario. Sin embargo, al de Soledad de Doblado no se le da. Renuente a la derrota y por la vía del diálogo y algo más le es entregado un escaño y de ahí la cascada de desencuentros –entre ellos la caña de pescar de Duarte- para hacer válido el dicho del propio Fidel de que “¡mientras yo viva, ningún Yunes será gobernador de Veracruz!”.


Más Yunes en el camino.


Para Fidel Herrera, Pepe Yunes siempre representó al mejor exponente de la nueva generación de políticos del cambio. Dos grandes problemas le impidieron ser el abanderado de la Fidelidad, su honestidad y que Duarte de punta a punta era el elegido para el relevo.


Por ello lo trajo de un lado a otro, a un cargo de elección popular, a la alcaldía, a la presidencia del PRI estatal, a la diputación federal, al senado de la república en dos ocasiones. 


Pepe, al igual que Héctor siempre fue alentado por la Fidelidad. 


De hecho, Rosa Borunda presumía que era el “Plan B” –solo hay plan “A”- y que apostaba por él ¡ilusa! Fidel decidió. Ah, pero… “Pepe se puede aguantar un sexenio más. Está chavo!


Al de Perote terminaron entregándole una silla en el Senado de la República.


Fidel Herrera nunca honró la palabra.


Ha empeñado millonarios recursos para desacreditar a los Yunes –más a Miguel Angel- detenerlos a como dé lugar; impedir por medio de la mentira y el libelo el ascenso al poder.


Siempre le gustó jugar a la mala.


Sus odios cuando fue gobernador se recrudecieron. Los manifestaba no solo contra los Yunes, sino contra las mujeres. Creador de las “Reinis” degrado, prostituyó; corrompió y sometió de manera indigna y jamás superó sus traumas de la infancia aun en la plenitud del “pinche poder”.


Y para los millares de políticos que por años esperaron turno -Fidel en realidad nunca vivió en Veracruz- pues tuvieron que hacerse a un lado al ser despreciados por un resentido gobernante que nunca les perdonó no haberlo hecho gobernador décadas atrás.


Hoy Fidel arroja su última carta.


Es renunciado de su exilio dorado en Barcelona. Regresa muy valiente, pero… ya en territorio mexicano le musitan al oído que si se para en Veracruz será encarcelado por lo que se ampara sin éxito y no se deja seducir por el dicho de la Fiscalía de que no hay delito que perseguir para que muerda el anzuelo.


Desde la capital busca reinventarse. 


Va por la batalla final a sabiendas de que un Yunes es actualmente gobernador y que de manera previsible otro Yunes será gobernador para el sexenio 2018-2024.


Son los Yunes del pasado, del presente y del futuro siempre en la vida de un avejentado político que hoy es derrotado por su tiempo.


Tiempo al tiempo.


*Premio Nacional de Periodismo 

 
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