Voz en Libertad.
Francisco Guisa Hernández.
 

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Juarismo
2017-03-20

Jorge Ortega y Gaset, filósofo español, acuñó la frase: “yo soy yo y mi  circunstancia”, que hoy referimos simplemente como: “es el hombre y su circunstancia”, en el sentido histórico, a través de los siglos, en lo personal le doy mayor valor a la trascendencia, a como la obra de un hombre es percibida con el paso  de los años, es decir, que es lo que ha trascendido de él y de su obra, al margen de las circunstancias que le tocaron en vida y de todos los defectos, equivocaciones, vicios y fallas que como a todo ser humano le son inherentes.


El caso de Don Benito Juárez, es característico de como un ser humano puede convertirse en Leyenda cuando sus contemporáneos y las siguientes generaciones le reconocen virtudes que lo elevan  más allá del sacrificio en su servicio a la patria y lo hacen trascender como el héroe y el prohombre que, tal vez, estuvo muy lejos de ser.


Veamos, a más de uno he escuchado decir que si Juárez no hubiera muerto ,“Todavía viviría”, perdón, se ha dicho que “se habría perpetuado en el poder” tanto o más que Don Porfirio, pero habiendo fallecido en 1872, una vez consumada su obra política, al establecer las sólidas bases de un gobierno liberal, al triunfo de la Guerra de Reforma, el cual fue secundado por Lerdo de Tejada, y consumada su obra jurídica, al promulgar en Veracruz las Leyes de Reforma, lo que trascendió de él como personaje histórico fueron precisamente estos logros de su gobierno y no lo que hubiera sido, pues como se dice  “el hubiera no existe”.


Más allá del encumbramiento al “Altar de la Patria” donde lo ha puesto la historia, y de la repetición que hasta el cansancio nos hicieron realizar nuestros maestros del Himno a Juárez, “ Oh Juárez tu nombre lo escribe la historia” “Viva Juárez mil ecos repitan, Porque Juárez la patria nos dio”, razones por las que la mayoría de los mexicanos le guardamos respeto y veneración a la altura de los símbolos patrios, Juárez como hombre, con el simple análisis de su vida, de su circunstancia, rebasa todas las expectativas que se esperan de un hombre público, pues basta recordar cómo un indígena Oaxaqueño, nacido en la pobreza, y la marginación, tuvo la entereza, la inteligencia y la constancia en el estudio para prepararse y convertirse en abogado, diputado, Presidente de la Corte y Presidente de la República, así como la dignidad para enfrentar a sus detractores locales y extranjeros, saliendo airoso ante el Imperio que establecieron los conservadores con un príncipe extranjero con Maximiliano al frente del mismo, esa fue su circunstancia, un Gobierno presionado por fuerzas oscuras que lo llevó a recorrer la república en un carruaje, estableciendo un gobierno itinerante que ejercía desde el lugar donde llegaba en su constante peregrinar por el territorio nacional, Circunstancias estas que no le impidieron realizar su gran obra política y jurídica como ya hemos dicho, las que lo hicieron trascender como el gran héroe que es, recordado con respeto y gratitud por todos los mexicanos.        


Así pues, en Juárez confluyen atributos de Constancia, circunstancia y trascendencia que han llegado hasta nuestros días como un legado digno de ser recordado y practicado en la actualidad ante las amenazas a que está sometida la nación.


Hoy a 211 años de su natalicio, La patria agradecida, rinde homenaje al “Benemérito de Las Américas”, Don Benito Juárez García, recordado y admirado por la trascendencia de sus actos.

 
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