Fuera de foco.
Silvia Núñez Hernández.
 

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Jorge Morales de corderito a lobo
2017-04-21

 El primer artículo del Reglamento Interno de la CEAPP establece que “el mandato constitucional es atender y proteger la integridad de los periodistas, así como promover las condiciones para el libre ejercicio de la profesión del periodismo, con pleno respeto al derecho a la información y a la libertad de expresión”. Curiosamente para el secretario ejecutivo de la Comisión Estatal para la Atención y Protección de los Periodistas, dicho artículo lo tiene sin menor cuidado pues lo pisotea y desestima, actuando con dolo en contra de sus “clientes” –pues para él la comisión lo ha hecho su negocio personal- determinando ilegalmente cuando protege o no al periodista que así se lo solicite.  


 Morales Vázquez llega a la CEAPP al puro estilo de Juan Vargas, personaje protagonizado por Damián Alcázar en la película “La Ley de Herodes” a quien se le concede la presidencia municipal de San Pedro de los Saguaros, por ser supuestamente el “político priísta” más idóneo por no contar con actos de corrupción. Así mismo pasó con el secretario ejecutivo de la CEAPP, quién en el mandato de Javier Duarte de Ochoa arribó al elefante blanco como comiosado y se dejó ver como el verdadero protector de los periodistas veracruzanos. Pateando el bote, se enfrentó a las Rocíos, a las Namikos y hasta las Benitas, para mediáticamente llevar agua a su molino.


 Trabajó como una hormiguita al parecer su más grande aspiración. Controlar a través de la secretaría ejecutiva la CEAPP, siempre con apoyo de la legisladora, María Josefina Gamboa Torales a quien desconoció minuto después de haber tomado protesta e inició una guerra de declaraciones en los diferentes medios de comunicación, donde descalificaba cada una de las acciones que la legisladora exigía a la comisión con la finalidad de esclarecer la situación administrativa en la que sus antecesoras habían dejado a dicha institución “autónoma”. Juez y parte –porque como comisionado conocía las entrañas de dicha “dependencia gubernamental”- prefirió “guerrear” que aclarar la situación financiera de la Comisión Estatal para la Atención y Protección de los Periodistas. Al parecer con la finalidad de proteger a sus enemigas-amigas antecesoras.


 Enfermo de poder –como secretario ejecutivo- en el desarrollo de su mandato, “reforma” el reglamento que rige a la CEAPP a contentillo y sin realmente hacerlo en asamblea. Realiza de manera ilegal una serie de acciones, tomándose atribuciones que rebasan su competencia en el cargo. Reestructura la planilla, decide a que periodista atender determinando a través de “oficios” tardíos como respuesta, cuando la CEAPP está obligada a atender todos y cada uno de los casos que se presentan entorno a la actividad periodística. Sintiéndose la autoridad competente para decidir sobre qué “caso” procede legalmente, cuando está determinación, sólo le compete manifestarla a un juez o la propia Fiscalía General del Estado de Veracruz a través de un proceso penal. Jorge Morales Vázquez al puro estilo de la “Ley de Herodes” hace su propia ley y manipula arbitrariamente a quién se le va a apoyar jurídicamente y a quién no. Si el periodista en cuestión no es de su “grupo de Toby”, los ignora y hasta ataca.


 El lunes 17 de abril del año en curso, una servidora le solicitó a la Comisión Estatal para la Atención y Protección de los Periodistas su asesoría jurídica para solicitar a través de una denuncia en contra de unos “juniors” que según propias indagatorias actualmente le trabajan al Partido Acción Nacional (PAN) y se dedican a hacer campañas nefastas en contra de activistas, de familiares de desaparecidos y periodistas que cuestionen o contradigan a funcionarios de primer nivel en el gabinete de Miguel Ángel Yunes Linares. Se investigó y se conoce los nombres de  los sujetos que de manera nefasta atacan a quienes molesten a sus “patrones”. Se sabe de primera mano quién les paga y ordena para iniciar una campaña de difamación por parte de estos mequetrefes y cobardes, que operan escondidos y bajo perfiles falsos. Por ello, la inquietud de constatar la identidad de estos parásitos de la sociedad, para proceder legalmente en su contra.


 La presidenta de la comisión, Ana Laura Pérez Mendoza, fue alertada y notificada de dicha solicitud y ésta lo transmitió al área correspondiente, según su propia versión. Tres días después, el área jurídica de la CEAPP –ya no como elefante blanco, sino como una verdadera tortuga- notificó a una servidora a través de un oficio signado por Miguel Ángel Altamirano Villegas, director jurídico de la CEAPP en donde “explicaba” –luego de una perorata de artículos y hasta de tratados internacionales- que la CEAPP había analizado que no existía alguna expresión –pese a las agresiones verbales hacia una servidora que desataron este grupo de parásitos virtuales- de la cual derive la intención de causar mal. Concluyendo que no hay elementos para que prospere la denuncia que se pretende interponer. Pero en el caso de hacerlo, pues la CEAPP brindaría el apoyo jurídico –es decir, el acompañamiento nada más, porque dicho ente por sus limitaciones no puede representar jurídicamente a un periodista, acto que Jorge Morales Vázquez no ha querido reformar ante el Congreso del Estado-.


 Tres días le llevó a la CEAPP “analizar” un tema de un periodista a quien “batea” por no contar supuestamente con elementos para entablar una demanda. Jorge Morales Vázquez a la hora de ser cuestionado por su nula y lenta intervención a través de mensajería por WhatsApp, este desata una serie de acusaciones y agresiones en contra de una servidora como es su costumbre.


 Se le cuestionó su tibieza y tardía acción, su respuesta inmediata y casi por costumbre, es desatar una serie de descalificaciones y acusaciones en donde cuestiona hasta mi “calidad moral” y mi ética como periodista. Un sujeto que no repara en desacreditar a quien siente le está pisando la sombra con investigaciones periodísticas acerca del abuso de poder y la mala estrategia administrativa que está ejecutando al interior de dicho elefante blanco. No es muy lejana la crítica que ejecutaba en contra de Namiko Matzumoto Benítez y su papel como secretaria ejecutiva. Un sujeto a quien se le paga para proteger a los periodistas, no atacarlos.


 Hoy la ha rebasado con dolosas acciones en contra de los periodistas incómodos para él y hasta no se cohíbe en intentar prepotentemente pisotearlos y ser el primero en demeritar y jactarse de ser el único honesto en la faz en de la tierra. El único con la capacidad y calidad moral en el desempeño de sus funciones. Nadie como él y sobre todo cuando se trata de una mujer periodista, que para él, el género no tiene las capacidades necesarias para realizar el trabajo tan “eficiente” que él tuvo cuando reporteaba y también mantiene en la actualidad en la CEAPP. Misógino y falta de congruencia, es en lo que se ha convertido el decepcionante, Jorge Morales Vázquez, quien encontró en la CEAPP una forma de “ganarse la vida” fácil y cómoda. Un sujeto que se auto asigna un jugoso y “merecido” salario con todas las prestaciones de la ley, pues su trabajo tan eficiente –según su percepción- le amerita ser pagado.


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