Viernes Contemporáneo.
Armando Ortiz Ramírez.
 

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Cinco años sin Regina y a pesar del miedo, seguimos escribiendo
2017-05-01

Hace cinco años estábamos grabando en la Casa del Lago, lo que antes era la Casa de Artesanías en el Dique, el programa de Jorge Saldaña. La Feria del Libro de la UV nos había invitado para trasmitir el programa en vivo desde las instalaciones de la feria. En ese momento entró un mensaje a mi teléfono móvil, habían asesinado a Regina Martínez, la corresponsal de la revista Proceso. De inmediato una inquietud me asaltó. Dos días antes yo había tenido un desencuentro con Reynaldo Escobar, quien fuera el primer procurador del sexenio de Javier Duarte. En una reunión con la organización de Otero Ciudadano le había reprochado sus dichos en entrevista con Rogelio Pano en donde aseguraba que, si una persona hablaba mal de Veracruz, era enemigo de Veracruz. Reynaldo ya no era procurador, era candidato del PRI a la diputación federal. Esa mañana encaré a Reynaldo y le dije que no me sentía seguro cuando una persona como él, que había sido procurador, afirmaba esos dichos.


Habían asesinado a Regina Martínez y a todos nos quedaba claro que había sido por su trabajo periodístico. Los primeros nombres que nos surgieron en la mente, y no los estoy acusando, pero qué quieren, fueron los primeros nombres que nos vinieron a la mente: Reynaldo Escobar y Alejandro Montano. Las últimas investigaciones de Regina Martínez apuntaban hacia estos dos personajes.


Después de mi altercado con Reynaldo Escobar salí a escribir una nota que se tituló: “El verdadero rostro de Reynaldo Escobar” que en su parte final dice: “A final de cuentas todo sirvió para algo. Reynaldo Escobar dejó de simular, dejó de sentirse el candidato del pueblo, dejó de pretender ser una persona sin mácula y se mostró tal cual es: un político prepotente, arrogante, que no reconoce sus errores, porque quizá en su esencia esté seguro de no cometerlos. Por mi parte yo si debo reconocer que cometí un error. No debí enfrentar a Reynaldo Escobar, pues por la manera agresiva como respondió a mis cuestionamientos, de ahora en adelante tendré que volver a vivir con miedo; como en sus tiempos de procurador”.


Dos días después de ese altercado asesinaron a Regina. La inquietud que me asaltó fue que ya había entregado un artículo más completo sobre Reynaldo Escobar, donde señalaba algunas de las acusaciones que sobre el recaían. Después de grabar el programa de Jorge Saldaña hablé a la redacción del periódico Newsver para pedir que retiraran ese artículo. Desde ese día Reynaldo Escobar no deja de provocarme escalofríos.


Al día siguiente de la muerte de Regina se convocó una marcha para exigir justicia por su muerte. En esa marcha, ya reunidos en la Plaza Lerdo, leí una carta escrita en razón de la muerte del periodista Milo Vela: “Carta de un periodista con miedo”. La carta se difundió por las redes sociales, por correo electrónico y parte de la grabación salió en algunos canales de televisión:


“Tengo miedo, lo confieso y si me quieren llamar cobarde no los culpo.


Tengo miedo y si piensan que uno se anda buscando la muerte por hacer denuncias, entiendan: uno sale a la calle a ejercer su oficio y se encuentra con que en este país la justicia tiene un precio, la corrupción un rostro y el delincuente es autoridad y la autoridad es delincuente; y si lo sé y no lo denuncio, ¿no soy también yo un delincuente?


Por eso, no quiero que lleven flores a mi tumba, sólo quiero vivir sin miedo.


Atentamente: Un periodista con miedo.”


Semanas después recibí una amenaza del correo electrónico cigarro43@hotmail.com a nombre de un tal Javier Benítez Domínguez. Parte de esa carta amenazante decía:


“Feliz arranque de semana hijo de tu gran puta madre que hasta la fecha sigue esperando ver a su hijo triunfar o traer la bolsa llena de billetes y no cuentos de grandeza que solo son eso, cuentos. Y no vayas a salir con tu mamada "Tengo miedo, mucho miedo de morir con un platano en el culo, ya me llego la amenaza, y ya traigo el culo nervioso, deseo que ese dia llegue para morir feliz, aunque lo confieso tengo miedo como una quinceañera a la que por primera vez van a romperle el culo"..jajajajajaja” (sic).


Por supuesto cuando acudí a la procuraduría para pedir una investigación sobre la amenaza, pero sólo me dijeron que me fijara en lo que estaba escribiendo.


Cinco años de la muerte de Regina Martínez y su muerte, a pesar de que el gobierno dijo haber atrapado al asesino material, sigue impune; cinco años de la muerte de Regina Martínez y los periodistas seguimos con miedo; cinco años de la muerte de Regina Martínez, y los mismos nombres siguen viniendo a nuestra mente; cinco años de la muerte de Regina Martínez y a pesar de ese miedo, seguimos escribiendo. 


Armando Ortiz 


aortiz52@hotmail.com

 
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