No lo cotorreo. La ley electoral lo prevé. Entonces, gracias a eso, el gober va a tener que soltar tantito los micrófonos, pues desde que llegó soltó a los medios. Al fin pedirá que pare a su Coordinador de Comunicación; sospechamos que tiene uno, porque cuentan los periodistas allegados (que son muy pocos) que él sostiene el teléfono en las transmisiones de Pericope del mandatario estatal.
Retomando la idea: es que el OPLE, entre otras funciones, esta vez también tendrá que organizar, realizar y transmitir 212 soporíferos debates de candidatos. Los medios estarán plagados de ellos. Si no se ha desmayado ante lo que está leyendo, le sigo: dice Iván Tenorio, el Consejero del OPLE encargado de los tales debates, que se van a ahorrar unos cuantos, porque en algunos municipios no hay dos candidatos, y ni modo que el único señor inscrito para ser presidente municipal debata solito.
Pero en todos los municipios donde existan dos o más candidatos, se hará dicho ejercicio democrático en favor de que los ciudadanos conozcan las propuestas. Ya verá usted que, si sigue uno, habrá escuchado las propuestas de todos; son las mismas. No hay creatividad, mucho menos sorpresa. Las mismas “fórmulas ganadoras” desgastadas por los mercadólogos políticos, tan bien cotizados a pesar de sus fórmulas genéricas “hechas a la medida” de cada cliente.
Si el hartazgo de la sociedad con la clase política es grande, después de la payola durante treinta días de “vote por mí”, seguramente crecerá. La próxima cita de los ciudadanos con las urnas nuevamente se antoja incierta para los partidos y sus candidatos. La figura de candidatos independientes es una caricatura, con su presupuesto ridículo y candados para todo, quien de ellos consiga alguna será un paladín de la democracia. Pero están lejos de ser una opción real para bordear al sistema de partidos.
Por lo pronto, al gobernador orquesta, este por el que votaron un tercio de los veracruzanos, lo veremos un poco menos, ojalá, y los medios de comunicación podrían aprovechar para fundar una relación diferente con el poder en este escenario de “nada para nadie”. La próxima elección es una tabla rasa en la que se puede escribir una nueva historia, si:
el gobernador de verdad saca las manos del proceso;
el OPLE funge como árbitro imparcial;
los medio de comunicación ponderan las verdaderas noticias, reposicionándose y siendo revalorados por la sociedad y el poder;
los partidos políticos toman realmente el pulso al sentir ciudadano;
los candidatos hacen campañas honestas y no compradas a un cotizadísimo despacho de consultoría política,
y, sobre todo, si los ciudadanos ejercen su poder de cambiar todo lo que ya demostró que no nos sirve para progresar.
Por muy grande que sea la omnipotencia, la megalomanía y hasta la suerte, no es posible que Veracruz tenga un hombre orquesta que lo conduzca todo. Es preciso recordar cómo nos ha ido cuando así ha sido. No olvidemos. Ni perdón ni olvido, para nadie. Tampoco para quienes quieren manipularnos hoy.
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