Al pie de la letra.
Raymundo Jiménez García.
 

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El mensaje de Quintana Roo
2017-09-11

Aunque desde hace nueve meses de la dirigencia nacional del PAN le mandaron a decir que “no intente heredar el cargo a uno de sus hijos” porque “sería el colmo del nepotismo” –tal como lo publicó a principios de diciembre pasado el anayista Juan José Rodríguez Prats–, el gobernador Miguel Ángel Yunes Linares sigue empecinado en impulsar para la sucesión gubernamental de 2018 a su primogénito Miguel Ángel Yunes Márquez, para cuya causa este sábado algunos funcionarios yunistas aprovecharon los estragos del huracán “Katia” para repartir a nombre de la asociación civil “Yunete, A.C.” miles de despensas a damnificados veracruzanos.


Aparentemente la relación política entre Yunes Linares y el presidente del CEN del PAN, Ricardo Anaya, no pasa por su mejor momento. Quizá sea mera coincidencia, pero el trato entre ambos se enfrió a partir de que el queretano se sentó a negociar con el exgobernador Dante Delgado –enemigo histórico del panista veracruzano desde que ambos militaban en el PRI–, la adhesión de su partido al Frente Ciudadano por México del que forma parte también el PRD.


Lo cierto es que a diferencia de los diputados locales y dirigentes estatales del PAN que la semana antepasada insertaron sendos desplegados periodísticos en medios impresos capitalinos en apoyo de Anaya ante la “guerra” que el líder panista le declaró al gobierno federal y al PRI para impedir el “pase automático” del procurador general de la República, Raúl Cervantes, a la nueva Fiscalía General de la Nación, Yunes y otros gobernadores del partido blanquiazul no se habían solidarizado públicamente con su jefe partidista.


Es más, trascendió que por esos mismos días, en el Club de Banqueros de la Ciudad de México, Yunes Linares y los gobernadores de Durango, José Rosas Aispuro; de Querétaro, Francisco Domínguez, y de Chihuahua, Javier Corral, se reunieron para acordar deslindarse de las denuncias periodísticas contra Anaya y de su confrontación con el régimen del presidente Enrique Peña Nieto, y que habrían pactado también que serían ellos mismos los que directamente negociarían con la Secretaría de Hacienda sus presupuestos, y ya no a través de su dirigente nacional.


Según versión del diario El Universal, el miércoles pasado volvieron a reunirse en la ciudad de México los gobernadores de Durango y Querétaro con los de Aguascalientes y Quintana Roo supuestamente con el mismo propósito.


 


Quienes conocen el historial del mandatario panista de Veracruz no les sorprende su presunta “traición” a Anaya, pues lo mismo hizo en su momento con otros exdirigentes nacionales del PRI y PAN, Roberto Madrazo y Gustavo Madero; con la exlideresa del SNTE, Elba Esther Gordillo, y con el expresidente Felipe Calderón, a cuya esposa Margarita Zavala sacó de la lista de candidatos plurinominales en 2015 en contubernio con el dirigente blanquiazul.


Sin embargo, este sábado en Chetumal –a donde acudió al primer informe del gobernador de Quintana Roo, Carlos Joaquín González–, el presidente del CEN del PAN se tomó la foto con los mandatarios panistas de Aguascalientes, Martín Orozco; de Guanajuato, Miguel Márquez; de Tamaulipas, Francisco García Cabeza de Vaca; de Querétaro, Francisco Domínguez, y, obviamente, con el gobernante anfitrión.


Yunes presuntamente se disculpó con su homólogo quintanarroense por no acompañarlo pretextando la entrada del huracán “Katia” a Veracruz, sin embargo no tuvo escrúpulos para lucrar con los damnificados a quienes entregaron miles de despensas para posicionar a su hijo para la sucesión estatal del año entrante.


Ante el escándalo y el linchamiento mediático que se desató en las redes sociales por este exceso, en la conferencia de prensa que dio este domingo Yunes se deslindó de los hechos y dijo que él ni siquiera estaba enterado. Sin embargo causó extrañeza, por su estilo autoritario que lo caracteriza, que no haya cesado a Rafael Jesús Abreu Ponce, director de la Comisión Municipal de Agua y Saneamiento (CMAS) en Coatzacoalcos, y que sólo le haya exigido al funcionario responsable dar una disculpa pública por el operativo del reparto de despensas que junto con más de 25 “amigos” hicieron a través de la asociación civil “Yunete”, cuyo logotipo tiene los colores y tipografía que se usó en la campaña yunista por la gubernatura en 2016.


De hecho, en la carta que difundió, Abreu Ponce confirma que esta asociación civil la creó hace más de un año, fecha que coincide con la pasada sucesión gubernamental. Y aunque trata de deslindar a la familia Yunes de su agrupación, todo mundo sabe de su cercana relación con Fernando Yunes Márquez, senador con licencia y alcalde electo del puerto de Veracruz, quien casualmente fue el operador electoral de la campaña de su padre en el sur del estado. 


Pero otro funcionario yunista que participó en el reparto de despensas fue Ricardo Cabrera Ferez, delegado regional de Patrimonio del Estado en la zona de Xalapa –que además de la capital veracruzana abarca otros 27 municipios, entre ellos los de Banderilla, Coatepec, Emiliano Zapata, Perote y Teocelo–, el cual es sobrino del exregidor del PAN en Coatzacoalcos, Víctor Manuel Esparza Pérez, actual director de la Comisión de Agua del Estado de Veracruz (CAEV) y jefe de Abreu Ponce. A Cabrera, por cierto, le imputan el reparto de recursos a los candidatos del PAN a las alcaldías de su circunscripción administrativa en el reciente proceso electoral municipal.


Por eso nadie le cree a Yunes Linares cuando afirma que no estaba enterado del reparto de despensas ni de la existencia de esta asociación civil vinculada a su campaña electoral de hace un año, motivo por el que obviamente sus dirigentes recibieron cargos en su administración.


Yunes no fue el sábado al informe del gobernador de Quintana Roo, pero seguramente supo –¿o tampoco se enteró?– lo que declaró Anaya en Chetumal a los medios de comunicación. 


El presidente del CEN del PAN explicó que luego de registrar el Frente Ciudadano por México en el Instituto Nacional Electoral, lo que sigue es que los tres partidos que lo conforman discutan el convenio de coalición y se detalle el método de selección de los  candidatos para los comicios del año próximo, puntualizando que lo más importante no es quién encabece las candidaturas sino “para qué nos hemos unido, cuáles son las causas que nos mueven…”


Y cuestionado sobre sus aspiraciones a la candidatura presidencial, Anaya sostuvo que está concentrado en lo que le corresponde como dirigente nacional del PAN. “Estoy convencido de que esto (la alianza opositora) es mucho más importante y mucho más grande que cualquiera de nosotros. Primero está el país, después los partidos y mucho después los intereses personales por legítimos que sean”, aseveró.


¿Habrán entendido el mensaje los Yunes azules de Veracruz y sus repartidores de despensas?

 
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