Reconfortante el hecho de que en Veracruz, fuera de los destrozos atmosféricos que ocasionó la tormenta tropical Katia, todo lo demás es normal, los soldados, marinos y las direcciones municipales de protección civil, son quienes estuvieron pronto y cerca de los ciudadanos en momentos de emergencia o desastres naturales, permitiendo que la población damnificada tuviera refugio y alimento, hasta que sus localidades volvieran a su normalidad.  

Hoy tenemos un gobierno federal gobernado por el PRI, así como en otra época lo encabezó el PAN, en todo este periodo no ha existido ninguna diferencia en torno a la aplicación de los recursos destinados al apoyo a los afectados de un desastre natural, los cuales en algunas ocasiones son desviados en su ruta al amparo social del destinatario, el FONDEN siempre dice cumplimos con el compromiso de los desvalidos que fueron afectados por  fenómenos naturales.

Es tiempo que todas las fuerzas políticas del país y sobre todo de Veracruz, se sumen y se solidaricen con los Estados afectados como Chiapas, Oaxaca y Tabasco, de los movimientos telúricos y las fuertes precipitaciones pluviales que afectaron severamente la producción de estos hermanos estados.

Ojalá que esta emergencia que enfrenta Oaxaca allá en la región Istmeña, no sea utilizada con fines políticos y partidistas, porque es tiempo de hacer política social. 

Con lo que respecta a Veracruz, se dice que el actual gobierno estatal que encabeza Miguel Yunes Linares, no va a repetir la historia del Duartismo, en donde se crearon empresas fantasmas para abastecer y apoyar a los damnificados en desastres naturales, productos que nunca llegaron a las bodegas de Protección Civil y por supuesto no repartieron ni frijol con gorgojo como dijera Andrés Manuel López Obrador y todo para ahorrarse lana y así operar libremente las campañas políticas.

Pero lo curioso es que varios políticos despistados que desean quedar bien con el Jefe Yunes, como en los viejos tiempos del PRI, imitando al Tío Fidel Herrera Beltrán, en la región de Coatzacoalcos lucraron con el dolor de los afectados de las intensas lluvias que se registraron en esta parte de la entidad, al entregar recursos a través de la fundación “Yunete”, lo cual indignó a la clase política  y al mismo gobierno estatal, quien se deslindó de estos hechos y cesó al responsable de esta oscura estrategia política Rafael Abreu Ponce, el cual era el titular de la CAEV de Coatzacoalcos.

Este hecho no termina aquí, porque aquí en los Tuxtlas y los Llanos varios suspirantes a la Diputación Local y Federal a lo descarado están politizando el desconsuelo de miles de familias que están sufriendo en comunidades y rancherías los embates de la naturaleza y estas malas acciones deben ser castigadas en los tribunales electorales, en la próxima diremos pelos señas.

 Y nos vemos en la otra.

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