Me pronuncio por analizar a los políticos que los partidos postularan, porque a ellos les podemos reclamar sus ofertas de campaña. Los partidos son entes de interés público, reciben financiamiento producto de los impuestos que usted y yo pagamos, pero un ciudadano común no, ese hará una mala copia de los documentos y doctrina de otro partido político si, a ese partido que teóricamente renuncio horas antes y ahora dice rechazar y hasta desconocer.
Un ciudadano puede ser candidato a agente municipal, jefe de colonia o de manzana, candidato a rey feo en un carnaval o candidato de otra naturaleza, pero para administrar la cosa pública, debe ser un político que tenga oficio y capacidad para dialogar antes de tomar una decisión que afecte o beneficie los intereses de los demás.
El ciudadano al llegar al poder, tendría que hacer un gobierno similar a un político por la falta de experiencia, hablando desde luego de cargos, como la gubernatura o la presidencia de la república donde se requiere el acuerdo de múltiples sectores de la sociedad, para que todos sean escuchados e incluidos en la toma de decisiones con el contrapeso primero, de los dirigentes partidarios que le dieron la confianza para otorgar la candidatura y posterior a ello ya como gobernante, con el apoyo solidario de los demás poderes.
Así que ciudadano ciudadano como tal, no fácil existirá todos van camuflageados o disfrazados, intentado sorprender la buena fe del electorado y que sin embargo aun cuando traigan la careta bien puesta, lo farsante no lo podrán esconder ante los ojos de la mayoría de los ciudadanos.
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