Dirigentes, aspirantes, militantes y simpatizantes, se muestran emocionados cuando ven las encuestas donde teóricamente puntean los partidos o futuros candidatos, se siente felices y creen que con tal publicación ya ganaron y la elección será de trámite.
Grave error cometen pero no hay que decírselo porque se enojan, contradecirlo es estar en contra de lo que piensan o creen, siempre buscan escuchar el halago para satisfacer su ego de sentirse estar con el que va a ganar, no escuchan la crítica, esa critica que les puede servir para consolidar la preferencia que una encuesta les ofrece, prefieren ignorarlo y festejar como aquel que se toma un puñado de cervezas o unas buenas copas embriagantes.
Sin embargo el conocedor de elecciones al ver una encuesta que no le favorece o le favorece trabaja dos aristas, revisa la estructura electoral y la promoción de la imagen del partido y de los futuros candidatos, no se la cree, sabe que es un error tomar como definitivo la publicación con márgenes de error a la hora de elaborarlas, como es un vendedor quien las hace y publica, el que las consume también es un vendedor por la tanto aplica el dicho “Que dos agujas no se pueden picar”
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Resulta contraproducente cuando alguien toma como bandera una publicación sobre la intención del voto y la preferencia electoral, la cacaraquea sin saber cuál es la verdadera intención de quien la elabora, la paga y la pública, se ve incauto quien se la cree y posteriormente se revierte para la decepción de quien la consumió.
Cuando no hay discurso, oferta electoral, acciones sobresalientes a favor de una causa, la preferencia no se puede medir, no son los partidos quienes perjudican a la sociedad son los representantes que llegan al cargo, llámese presidente, gobernador o diputado, medir la preferencia partidaria no nos dice nada hasta que no le pongamos nombre y apellido del candidato, así lo dicen los resultados al final del día.
Tengo la seguridad que quienes no se ven favorecidos en las encuestas como partido o aspirantes lo están tomando como acicate para preparar el esquema de trabajo, empezar a afilar los cuchillos de guerra, estudiar bien a los adversarios y atacar los flancos que muestran sin querer quienes ya se siente ganadores antes de llevarse a cabo la pelea.
En una elección se acecha, ataca y se defiende, los candidatos deben caminar con dirección, con rumbo, hacer que los reflectores lo busquen y no buscar los reflectores, mostrar liderazgo para hacerse notar, las encuestas favorables llegaran al cuarto de guerra, en base a la estructura propia con la que trabaje, cualquier otra puede ser solo un espejismo. ¿Qué no?
adidas.johan62@gmail.com Lic. Inocencio Martínez Cortes |