Sólo le falta asumirse como custodio en los penales en los que en espera de juicio y sentencia Javier Duarte y “su pandilla” están bajo resguardo. Pero los veracruzanos no son ni sordos ni ciegos, “El Estado soy yo” perdió vigencia con la Revolución Francesa.
Era de esperarse, cuando teniendo el “pinche poder” parafraseando a Fidel Herrera su eterno enemigo, a lo largo de once meses y medio y en vísperas de su primer informe de gobierno para los veracruzanos e incluso más allá de nuestras aldeanas fronteras, Yunes Linares no ha sabido gobernar. A los espectaculares pedestres de grosera propaganda me remito.
Así como a las pruebas se remiten los veracruzanos. Si de evaluar el desempeño del gobierno de la alternancia se trata, los logros alcanzados, que sin duda los hay, no significan nada frente a metas y tareas comprometidas en campaña y no cumplidas. Tan es así que no son pocos los que afirman que con el cambio de estafeta no solo se sigue igual que endenantes, sino peor. Lo mismo tratase de rescatar del desorden y la corrupción impune a la administración y finanzas estatales que de imprimir un mínimo respiro a la economía de la entidad. Ni que decir de la seguridad pública maniatada por una criminalidad que lejos de parar va en ascenso.
Evaluar el desempeño de la administración yunista necesariamente nos remite al mal llamado “Plan Estatal de Desarrollo. En las condiciones actuales ya no es válido comparar el presente con el pasado duartista. La ley mandata evaluar propósitos, objetivos y metas comprometidas en un mamotreto elaborado por la Universidad Veracruzana y aprobado por el Congreso local para un periodo de gobierno determinado. Para el caso da igual evaluar que pasarse de largo, si el dichoso plan carece de seguimiento y control por quienes lo aprobaran no hay nada que evaluar, salvo la simulación, opacidad y ausencia de rendición de cuentas.
Seis meses se dio como plazo Yunes Linares para restablecer el estado de derecho, retornar a la normalidad democrática y encauzar administración y economía para recuperar confianza y credibilidad ciudadana tras 12 años de saqueo. Los resultados están a la vista de todos por más que un grupúsculo de texto servidores de todos conocidos, diga lo contrario o pretenda ocultar la realidad con distractores de todo tipo referidos a un pasado cuyo nefasto lastre, cual fantasma pervive en palacio de gobierno.
Poder para no poder. El paquete le resultó demasiado grande a la alternancia del cambio. Aunque vale aclarar que lo de “alternancia” es simple etiqueta electoral. Ni el PAN ni el PRD tocan baranda imprimiendo ideología y programa partidista a políticas públicas; el gobierno en turno es unipersonal, patrimonial y abusivo. Todo indica que a los veracruzanos que confiaran en una transición democrática que sacara al buey de la barranca, le está saliendo más caro el caldo que las albóndigas.
Aunque es de justicia reconocer en descargo a Yunes Linares que el empresariado veracruzano, sin iniciativa y cual plañidera, a diferencia de otras entidades federativas más que asumir riesgos, lejos de contribuir al crecimiento económico y a la restauración del clima de paz y seguridad social, a lo largo de once meses y medio se la ha pasado llorando.
Cd. Caucel, Yuc., noviembre 12 de 2017
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