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Lorenzo Franco Aranda.
 

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Atrio de catedral
2017-11-26

- Elena Poniatowska Amor tiene más de un millón de seguidores en Twitte, esa red social que hace unos días le lanzó miles de insultos por una supuesta declaración.


Lo sucedido -dijo en entrevista con el periódico capitalino El Universal- la ha dejado con una inquietud: cuidar sus palabras, “porque nunca se sabe cómo reaccionará la gente, porque unas palabras de amor las pueden convertir en palabras de odio”.


 Sin embargo, la ofensa no le es ajena desde que decidió, hace más de 10 años, apoyar a Andrés Manuel López Obrador. “Me han dicho ‘vieja puta’ como 6 mil veces”, asegura.


Elena está reflexiva. El escándalo por la tergiversación de sus palabras le afectó. Le dolió, reconoce. Hasta diarrea le dio, confiesa. Premios tan importantes como el Cervantes, decenas de libros, una vida dedicada al periodismo y a la literatura, nada importa cuando se impone el denuesto irracional.


Ahora promociona la reedición del libro “Juan Soriano, niño de mil años”, reeditada por Seix Barral y calificada como la biografía más completa del artista jalisciense.


En la Feria Internacional del Libro de Guadalajara presentará su libro infantil “El charrito cantor”; trabaja en una biografía sobre su amado hermano Jan, aparte de ser  una de los 30 candidatos a la medalla Belisario Domínguez que otorga anualmente el Senado de la República, cuyo ganador se dará a conocer en las próximas semanas.


El libro que se convirtió en la biografía más importante de Soriano, salió por primera vez en 2000 editado por Plaza y Janés y no se había vuelto a publicar; entonces, la editorial Seix Barral la quiso publicar, “eso me dio muchísimo gusto”, comentó la autora.


Se le añadieron más fotos. Es una de las biografías más festiva, porque todas son muy serias, mientras que en ésta se habla más de su vida, de todo lo que hizo.


“En Oaxaca hubo una entrevista pública a Graciela Iturbide, una gran fotógrafa con quien hice el libro de mujeres en Juchitán. Yo dije queCartier- Bresson y Tina Modotti habían tomado fotos de las juchitecas y que como bebían pulque, estaban muy delgadas, pero que ahora como bebían cerveza se habían hecho inmensas, panzonas.


Entonces, tradujeron que yo había dicho panzonas y mensas. Me fui muy tranquila con Graciela, platicamos y zas, se hizo un lío horrible.


Aparte de que me sorprendió, me dolió. Mi intención nunca fue lastimar a nadie. Por mí, que la gente sea como sea. No tengo nada en contra de la gordura. Yo tengo un hijo, Felipe Haro, que es gordo, por eso hay más que querer en la gordura, hay más que abarcar.


No me pareció que la palabra panzona fuese ofensiva. Además, yo digo que han pasado cosas como el terremoto, pasan cosas gravísimas, pero se fijan en eso.


En la actualidad, todo es político, desgraciadamente. Y estamos a poco tiempo de las elecciones del 2018 y de ahora en adelante a todo le van a dar un tinte político.


- Se dijo que los que se ofendieron por la supuesta frase fue porque no la habían leído y no la conocían. ¿Está de acuerdo?


No lo sé. Lo único que puedo decir es que yo todo lo dije de buena fe. Si me van a invitar


no es para que yo llegue a decir groserías, soy incapaz.


- Pero esto también le demostró que es muy querida.


Sí. Muy querida por mucha gente y por otras no, pero así es. Uno no es ajonjolí de todos los moles.


- ¿Le sorprende que haya gente que puede ser muy ofensiva?


Hay gente que todo lo toma a mal, que lo tergiversa; que una cosa de amor la convierte en odio. Ahora voy a la FIL Guadalajara durante ocho días; voy a ser muy prudente en todo lo que diga.


Pero de repente, a mí se me salen unos gallos rarísimos, que yo misma digo: ‘Ay, pero qué mosca me picó, para qué dije yo eso’. Yo no tenía por qué hablar del físico de las juchitecas, tenía que hacerle preguntas a Graciela, no meter ahí mi cucharota.


- Krauze definió a las redes sociales como hidra de la banalidad.


Me parece justo. Ahora no leí las redes sociales, porque me deprimo. Ya he leído tanto, en las redes me han insultado muchísimo. Ahora, a propósito no leí nada. Las redes sociales sí me gustan. Tengo más de un millón 250 mil seguidores en Twitter. En Facebook, no. Mando mensajes una vez o dos al mes, no estoy encima, ni todo el tiempo, porque no tengo tiempo.


- En “Juan Soriano, niño de mil años” habla de la vida del artista y recoge dos historias de amor.


Es muy importante que ahora sí se pueda hablar del homosexualismo, antes estaba proscrito. No se hablaba nada. Las palabras con las que se señalaba a los homosexuales eran terribles, no los bajaban de jotos y putos. Ahora hay una aceptación. Igual con las lesbianas, les decían tortilleras. Ahora todo se acepta mucho más, como que ya no hay ese juicio tan cruel sobre las preferencias sexuales de unos y de otros.


- En el homenaje a Monsiváis habló también de su último amor.


Omar, se llamaba. No te creas que a la familia la mató de felicidad.


- Esas cosas no le han preocupado. Usted dice lo que piensa.


Sí me preocupo porque yo no lo hago por herir, soy incapaz. Lo hago porque quizá debería de dar siete vueltas la lengua dentro de mi boca, antes de proferir. O ser más seria. Te digo, ahora que voy a la Feria del Libro, voy a pensar que no voy a decir taradeces cada cinco minutos.


- Usted se ha ganado el derecho de decir lo que quiera ¿O no?


Pues no, porque mira lo que sucede. Soy periodista desde 1953; entonces, yo debería de haber aprendido las grandes lecciones, pero tal parece que no las aprendí.


- Mantenerse cerca del periodismo le ha sido vital.


Ha sido muy bueno, porque es una manera de amar a tu país; de estar enterado de lo que sucede, de seguir la vida política.


- Son más de 10 años de apoyo a López Obrador ¿Lo admira igual?


Sí. No sólo lo admiro, lo quiero. Y creo que él a mí.


- ¿Algo le inquieta del proceso electoral de 2018?


A mí lo que me gustó es la aparición de Marichuy; me parece muy bonito, una mujer indígena me parece muy entusiasmante; pienso que es un fenómeno político importante de nuestro país.


Ojalá siga adelante, que no se asfixie. Creo que es simplemente una nueva salida política a una mujer; a las mujeres siempre nos barren afuera de todas las ocasiones.


- ¿El ánimo lo tiene arriba?


Sí, el ánimo lo tengo arriba, pero no te creas; cuando salió lo de Oaxaca, me dio hasta diarrea, porque yo me sorprendí. Me dije: ¿Qué hice, qué hice? Ese mero día cenamos con Graciela y ni por aquí se me ocurrió que iba a haber una reacción así.


- La acusaron de una cosa muy fea.


De racista.


- Y de clasista


Racista y clasista. Eso ni siquiera lo puedo tomar en cuenta, nunca he sido así.


- El encono no se puede controlar.


Por eso el internet siempre es así; de repente, te llevas un odio que no sabías que provocabas, de gente que nunca has visto o que a lo mejor nunca me ha visto. A mí no me bajan de espía rusa.


- Usted ha dicho que ha pagado un precio por el apoyo a Andrés Manuel López Obrador.


Sí, me han rayado el coche; me llaman a media noche. Me han dicho ‘vieja puta’, como seis mil veces. Una noche sí me dijeron: Elena, baja a tu jardín porque hay un hombre en tu jardín.


Bajé, me puse la bata, prendí todas las luces de la casa, salí a la calle. No había nadie. Apagué las luces, me subí, me senté en la cama y me puse a llorar, como tonta. Cuando te despiertan, te quedas desequilibrada; esa vez sí fue así.


- Se paga un precio por hacer o decir o pensar lo que uno quiera.


Yo creo que sí. Yo me dedico a hacer públicas a ciertas figuras, a través de artículos desde 1953, pues ya yo soy una figura pública también, más o menos querida, más o menos odiada, más o menos rechazada, más o menos aceptada y lo tengo que asimilar.


- Usted sale a la calle y es como una rockstar.


¡No, tampoco! Bueno, los chavos sí me piden fotos. Eso sí, para que veas, me gratifica muchísimo el cariño de los jóvenes, porque revivo un poco a mi hermano muerto a los 21 años.


LENGUA ENCEBOLLADA


- El presidente Enrique Peña Nieto realizó el jueves 23 de este mes una gira de trabajo a La Paz, Baja California Sur, donde encabezó la ceremonia conmemorativa por el Día de la Armada de México, inauguró la Escuela de Aviación Naval y abanderó una patrulla oceánica.


En ese acto, el mandatario federal reconoció a la Armada de México como una institución garante de la paz y la seguridad en el país, así como por su solidaridad y esfuerzo con la población civil durante los sismos de septiembre pasado.


Acompañado por los secretarios de Marina, Vidal Francisco Soberón Sanz y de la Defensa Nacional, Salvador Cienfuegos Zepeda, en su condición de jefe supremo de las Fuerzas Armadas, Peña Nieto refrendó el compromiso de su gobierno para fortalecer la infraestructura y las capacidades de las instituciones militares.


- Por su parte, el gobernador Miguel Ángel Yunes Linares dio a conocer que el jueves 23 de este patriótico mes, que  se propuso al Congreso de Veracruz entregue la medalla “Adolfo Ruiz Cortines” a las Secretaría de Marina y de la Defensa Nacional.


Este reconocimiento es el más importante y de alto rango que se entrega de parte de la legislatura local, el cual se daría el próximo 3 de diciembre.


El mandatario estatal señaló que esto es por las acciones emprendidas en fechas anteriores, donde se brindó el leal apoyo a las familias veracruzanas por las consecuencias de los efectos climatológicos que impactaron. Así también, por el trabajo que desempeñan en situación de desastres, como en los pasados sismos.


- A dos años de su fallecimiento (el 30 de octubre de 2014) el ayuntamiento de Xalapa y el Consejo de la Crónica invitaron a toda la población a disfrutar en el Foro Guadalupe Balderas del Centro Recreativo Xalapeño, el  miércoles 22 de este revolucionario noviembre, a la proyección del documental “Viejo Luchador”, cortometraje de la trayectoria profesional del comunicador banderillense Jorge Saldaña Hernández.


La obra, con guion original de la comunicadora xalapeña Sonia García García -ex directora del icónico Diario de Xalapa, actualmente radicada en Barcelona- y de su hija Sac-Nicté García, habla del desarrollo de este periodista, cronista, locutor, productor, conductor de televisión, escritor, comentarista, narrador de radionovelas y abogado.


Originario de Banderilla, Jorge trabajó como periodista para el Diario de Xalapa y El Dictamen de Veracruz y protagonizó como conductor célebres programas de televisión, como  Anatomías, en Televisa.


Posteriormente, Saldaña Hernández condujo su programa Nostalgia, en Canal 13 -ahora de Televisión Azteca- con los segmentos Sopa de letras, Sábados con Saldaña y Añoranzas.


En 2005 inició, a través de RTV -la radio y la televisión de los veracruzanos- su gustada serie Nostalgia.


- PBS informó hace poco de la cancelación inmediata de la distribución del programa de entrevistas de Charlie Rose; CBS News suspendió al presentador, después del reporte por parte del influyente periódico The Washington Post, de que ocho mujeres lo acusaron de múltiples insinuaciones sexuales no deseadas y de comportamiento inapropiado.


Las mujeres, tres de las cuales aceptaron a ser nombradas en el extenso reportaje del diario, acusaron a Rose de toqueteos, caminar desnudo frente a ellas y de relatarles un sueño erótico.


Rose dijo al Post que estaba “sumamente avergonzado” y se disculpó por su comportamiento.


- El viernes 8 de diciembre será presentado a partir de las 12 horas en el auditorio “Sebastián Lerdo de Tejada” del Palacio Legislativo el libro “Xalapa a diario”, que contiene una semblanza de lo que ha sido este icónico periódico en sus más de 70 años de circular en la capital del Estado.


La presentación estará a cargo de la maestra Zaira Rosas Lara -hija de José Uriel Rosas Martínez, vocero de la UPAV- y del comunicador Víctor Murguía Velasco, director de ese diario de la cadena nacional OEM, en tanto el moderador será el intelectual Leopoldo Moreno Perea.


- En su conferencia de prensa semanal, el PT por voz de su coordinador de la Comision Ejecutiva Estatal en Veracruz, Vicente Aguilar Aguilar, manifestó “que el Fiscal General de la República actúa como personero del gobierno federal.


“De qué otra manera se explicaría la entrevista del ex gobernador Javier Duarte de Ochoa, donde aparece en videos y fotografías bastante bien alimentado; su “huelga de hambre” seguramente fue para reclamar mejor alimentación, aparece para enrarecer el ámbito político, precisamente en la misma fecha en que rindió su primer informe el mandatario Miguel Ángel Yunes Linares.


“Este hecho toma importancia por las ligas existentes entre el financiamiento que recibió el presidente Enrique Peña Nieto del gobierno veracruzano por conducto de Duarte de Ochoa  y la reciprocidad del trato; es decir, el cobijo brindado por el FGR, por órdenes del Ejecutivo Federal. 


- Hace poco, el comunicador porteño Raúl López Gómez escribió en su columna "Cosmovisión" que publica en el periódico Imagen de Veracruz que Francisco Blanco Calderón asistió al Congreso Mundial de Comunicación celebrado en La Habana, Cuba, en el cual participaron -entre unos mil asistentes- dos de los máximos exponentes de la comunicación en el mundo, como son el periodista español Ignacio Ramonet y el comunicador argentino Gabriel Kaplún, a quienes les preguntó si podría iniciar una gestión en la Universidad Veracruzana para que se les otorgue el próximo año el Doctorado Honoris Causa y le dijeron que sí, que con gusto vendrían.


PARQUE DE LOS TECAJETES


- Agradecemos a la bien enterada comunicadora Yamiri Rodríguez Madrid nos comoarta este ineresante comentario, titulado “Los políticos escritores”.


Hace apenas unos años, quien quería ser candidato a algo en Veracruz, abría una Fundación.  Hoy, la estrategia son los libros, por lo que ya tenemos muchos disque escritores pululando.


A nivel nacional,  Margarita Zavala Gómez del Campo lleva dos libros; Rafael Moreno Valle, uno que Porrúa le publicitó como si hubiese escrito “El Quijote”  y Andrés Manuel López Obrador lleva, si no me falla la memoria, 17.


Pero en Veracruz no nos quedamos cortos. La ex alcaldesa porteña, Carolina Gudiño Corro, reapareció en la escena política para presentar su tercer libro. Aunque usted no lo crea la ex diputada local se dice autora de los libros “Emprender el vuelo” (2002) “Hablemos de mujeres” (2007) y ahora, “El Veracruz que quiero: memorias, resultados y propuestas” (2017).


Lo que sí sabemos es que quiere ser candidata a algo: a senadora o diputada federal eso es seguro, aunque con el largo historial que tienen ella y sus hermanos, difícil se ve que el PRI la quiera postular, sabiendo del descrédito que trae encima y, sobre todo, porque es un personaje muy ligado al ex gobernador Fidel Herrera Beltrán.


Le hace la lucha y no da paso sin huarache, por eso el miércoles 22 presentó su nueva obra, si es que así se le puede llamar.


Pero como Gudiño Corro hay otros. Rodrigo Montoya Rivera escribió “Javier Duarte de Ochoa, semblanza biográfica de un joven gobernante”.  Ahora anda donando glaucómetros en Xalapa  y promocionando con pauta en Facebook su altruismo, porque, una vez más, aspira a que el PRI lo incluya en la lista de candidatos a diputado local o, por qué no, federal, aludiendo a la cuota de jóvenes.


Lo cierto es que ninguno de estos escritores politicos estudió Letras y es seguro que varios de estos libros ni siquiera los escribieron ellos –por lo menos generaron un empleo-. No así el caso de Montoya Rivera, que es tan malo, que con solo leer la segunda página podemos saber que lo escribió solito.  


Los de Carolina no los he leído y no pienso hacerlo  ¿Cuántos ejemplares se imprimieron de cada uno? ¿En qué número de edición van?  Solo ellos lo saben, pero como le decía al inicio, es una estrategia para atraer reflectores y subir espectaculares con los cuales darse a conocer.


Por cierto, el ex gobernador Miguel Alemán Velasco, también ha escrito más de  una docena de libros, entre estos muy recomendable,  dicho sea de paso, la novela “Si el Águila hablara”, aunque claro, no los presentó con bombo y platillo, ni en tiempos electorales.


Al paso que van, los políticos escritores tendrán más libros que el maestro Sergio Pitol, que Carlos Fuentes o que Juan Rulfo.


CAMINANDO POR ENRÍQUEZ


- El prolijo comunicador capitalino José Antonio Aspiros Villagómez nos envió su leído espacio  Textos en libertad, donde aborda el tema “De qué mueren los periodistas”.


Hace poco, la Federación de Asociaciones de Periodistas Mexicanos (FAPERMEX) celebró su XV aniversario En Guadalajara, con una asamblea donde los delegados plantearon sus inquietudes y escucharon las respuestas de representantes de la Secretaría de Gobernación y la PGR, acerca de los secuestros y homicidios cometidos contra colegas en el país y la protección de todos en caso de peligro.


Esas dependencias del gobierno federal cuentan respectivamente con un Mecanismo de Protección y una Fiscalía Especializada, cuyo trabajo ha sido insatisfactorio para el gremio, pues los periodistas siguen siendo asesinados y las investigaciones casi no han derivado en esclarecimientos y castigos.


De 1983 a la fecha, han muerto o desaparecido 308 informadores y quienes los acompañaban, presumiblemente a manos de sicarios contratados por el crimen organizado o por funcionarios o policías; el reclamo es porque con su sacrificio se atentó contra la libertad de expresión.


Esa situación convirtió a México en un país altamente riesgoso para ejercer el periodismo y por ello, las víctimas -desde Manuel Buendía Tellezgirón hasta nuestros días- fueron objeto de atención y homenaje por parte de los asambleístas de la FAPERMEX y del Colegio Nacional de Licenciados en Periodismo (CONALIPE) que también 


Desde luego que además hay decesos por motivos de salud. En Guadalajara se recordó con un largo aplauso a los colegas Eliseo Lugo Plata, Ignacio Zúñiga González y Miguel González Alonso, quienes partieron en fecha reciente.


 En otro escenario y en fecha anterior, una integrante de la Academia Nacional de Historia y Geografía preguntó a este tecleador sobre los peligros en el ejercicio del periodismo y la respuesta fue tanto acerca del trabajo temerario de los reporteros enviados a cubrir conflictos armados, como de quienes han sido víctimas de funcionarios y bandas criminales.


 Tal vez en el siglo XIX, los periodistas morían en duelos o por infecciones y epidemias, como el resto de la población; en la siguiente centuria, una causa pudo haber sido la cirrosis, no tanto debida a que cuando se reportea unas veces hay banquetes y otras ni tiempo para detenerse en los tacos de canasta, sino más bien porque no había periódico que se respetara, que no tuviera cerca cuando menos una cantina.


 En la CDMX,  la más famosa fue “La Mundial”, en Bucareli junto a Excélsior, frente a El Universal y cerca de Novedades, que además contaba en su vecindad con el bar “Negresco”.


Alcanzamos a compartir la época de quienes con unas copas adentro escribían mejor sus textos, y también aquella en que se vestía con saco y corbata para estar en igualdad y hacerse respetables.


Pero precisa retomar el tema central de este texto, para comentar la ironía de que el llamado “mejor reportero del siglo XX”, Ryszard Kapuscinski, de la Agencia Polaca de Prensa, haya cubierto 27 revoluciones como corresponsal de guerra; pero murió en su cama, a los 75 años.


Porque otro riesgo que corre la vida de estos profesionales es cuando son enviados a cubrir guerras, revoluciones, golpes de Estado, conflictos bélicos en general, en los que muchos han perdido la vida.


Por ejemplo, en 2002, el israelí-estadounidense Daniel Pearl, de The Wall Street Journal, fue secuestrado, torturado y sacrificado en Pakistán por un grupo jihadista. Y según la Federación Internacional de Periodistas, entre 2003 y 2005 murieron 93 en Irak “en circunstancias violentas”.
Imposible olvidar aquel 26 de enero de 1983, cuando comuneros de Uchuraccay, Perú, lincharon a seis reporteros al confundirlos con integrantes del grupo terrorista Sendero Luminoso. Y tampoco, que la dictadura argentina de los años 70 arrestó y desapareció a 131 informadores.


Cuando menos, un mexicano ha sido victimado y otro secuestrado en el extranjero. El corresponsal de la revista Proceso, Ignacio Rodríguez Terrazas, fue asesinado en 1980 por un francotirador vestido de militar, desde una oficina de gobierno en El Salvador.


Y en 1988, Raymundo Riva Palacio, de Excélsior, durante cinco días fue víctima de un “secuestro político” o propagandístico, por parte del Ejército de Liberación Nacional de Colombia.
Periodistas ‘muertos de miedo’ hay muchos, según testimonios publicados por quienes tuvieron experiencias imborrables en los frentes bélicos de América y el Caribe donde hubo guerras regionales, guerrillas, cuartelazos y alzamientos.


         Por ejemplo, en febrero de 1990 la agencia informativa Notimex difundió las vivencias de sus corresponsales, quienes dijeron que “frente a un bombardeo, no hay nada que hacer” (María Cortina, El Salvador) “Nos invaden también el miedo, el nerviosismo, la tensión” (Julio Olvera, Panamá) los Batallones de la Dignidad salieron a las calles, a matar a quienes se les pusieran enfrente” (Roberto Vivanco, Panamá).


         La misma Notimex y el desaparecido periódico capitalino El Nacional, publicaron en 1992 el libro “La guerra sin censura”, con dramáticos pero valientes relatos de Rafael Croda, Rubén Álvarez, Gerardo Arreola, Miguel Ángel Velázquez y Gerardo Cárdenas, enviados por la agencia a cubrir la que el presidente Saddam Hussein llamó “la madre de todas las batallas”, entre Irak y Estados Unidos.


 Y en 1994, cuando el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) se hizo visible en Chiapas, Notimex mandó a Miguel Ángel Velázquez, Fernando Sánchez Márquez, Benito Terrazas, Jaime López Castañeda y Víctor Godínez, para unirse a los locales Hugo Isaac Robles, Fredy Martín Pérez, Oscar Gutiérrez, Celso López y José Luis Castillejos.


Según testimonios de dos de ellos, “de lo que sí debemos estar conscientes los reporteros en todo momento es que, en una guerra, la seguridad se vuelve un mito. Las balas no hacen distinciones (…) La característica que nos diferenciaba eran unas playeras que decían prensa, con letras grandes y de color rojo; posteriormente, utilizamos chalecos y gorras fluorescentes”.


También hubo relatos de reporteros de Televisa, enviados para cubrir conflictos en Medio Oriente y América latina, que fueron recogidos en el libro Yo, corresponsal de guerra. Vivencias íntimas de los reporteros en el frente (Editorial Diana, 1982)


Uno de los coautores, Guillermo Pérez Verduzco dijo que trabajó en esos casos con “grandes precauciones, cuidadosamente envueltas en miedo”. El cariñosamente llamado “Tobi”, cubrió muchas revoluciones, pero falleció de un infarto, a los 61 años de edad.
Este tecleador nunca pasó por experiencias riesgosas. A lo sumo, escapó de la hipotermia cuando asistió a las mencionadas asambleas, por su temeridad de bañarse diariamente a las cinco de la mañana en el céntrico y nada recomendable hotel Agua Fría Eco -nombre ficticio, pero justo- de Guadalajara.


Ya otras veces ha narrado cómo escapó del avionazo en que murieron muchos de sus colegas en 1970. Por razones genéticas su destino, parece ser el de su progenitor, a quien a los 99 años nada le duele.


¿QUÉ PASA AHÍ?


- La diligente comunicadora norveracruzana Guadalupe H. Mar Vázquez, en su colaboración “Mira Política” publicada en Diario de Xalapa, recientemente escribió:


Comentábamos en pasada colaboración que era justo y necesario que se legislara para reglamentar el gasto en comunicación social que hacen los gobiernos federal, estatal y municipales, ya que a pesar de que se trata de recursos públicos provenientes de quienes sí pagamos impuestos en este país, los gobernantes los manejan a su antojo, juicios y prejuicios, o lo que es lo mismo, sin control alguno.


Como botón que sirva de muestra, recientemente la organización Artículo 19 dio a conocer que en los primeros cuatro meses de este año, el gobierno federal gastó 98 millones 599, 493 pesos en publicidad oficial, algo así como 24.6 millones de pesos mensuales, de los cuales 18.5 millones de pesos pagó a Televisa y a TV Azteca.


Llama la atención el hecho que de los más de 98.5 millones de pesos que gastó el gobierno de la República   de enero a abril, el 44.6 por ciento de esa cantidad (43.9 millones de pesos) los erogó para pago de publicidad la Secretaría de la Defensa Nacional.


¿Recuerda usted, amable lector, algún anuncio publicitario de la SEDENA?; nosotros tampoco.


En el caso de Veracruz, tampoco se cantan mal las rancheras, pues resulta que de acuerdo con la Ley de Egresos del año 2017, heredada por Javier Duarte de Ochoa al primer año de gobierno de Miguel Ángel Yunes Linares, se le asignaron 183 millones de pesos al Programa Veracruzano de Comunicación Social, monto superior al asignado a otros programas, como el Veracruzano de Turismo, Cultura y Cinematografía al que se le destinaron 156 millones 200 mil pesos; en tanto que para el Programa Veracruzano de Protección Civil, fueron 93 millones 900 mil y para el Programa Veracruzano de Desarrollo Económico y Portuario, apenas 77 millones 700 mil pesos.


Para que no se quede con la duda, de los183 millones de pesos asignados al Programa Veracruzano de Comunicación Social 2017, se destinaron para el rubro de “Difusión e Información en Medios Informativos” 109 millones, 400 mil 008 pesos.


Para el rubro de “Planeación Estratégica en Comunicación”, el monto destinado fue de 71 millones 540,197 pesos.


Con base en esto, se deduce entonces que sí hay recursos destinados para la comunicación social en el gobierno del Estado,  peeeero no sabemos los veracruzanos en qué rubros se están gastando, ni vemos por ningún lado algún anuncio que promocione las acciones de las 11 secretarías de despacho de la actual administración estatal.


Por eso, es importante la existencia de una ley que reglamente los gastos en comunicación social de los tres niveles de gobierno, pues sólo así los contribuyentes tendremos la certeza sobre el uso y el destino de esos recursos públicos.


Por esa discrecionalidad con la que se manejan los recursos públicos destinados al área de comunicación social, aquí en Veracruz el ahora diputado federal Alberto Silva Ramos, siendo coordinador general de Comunicación Social en la administración de Javier Duarte de Ochoa, incurrió en la improcedencia de pagos por más de 2,200 millones de pesos por concepto de supuestas campañas de difusión, lo cual observó el ORFIS, pero esto no hubiera sucedido si existiera la ley, que deberá estar lista el año entrante.


ZAMORA ESQUINA  JUAN SOTO


- De hecho, la disminución del número de sefardíes que aún conservan el español del siglo XV como lengua materna hace pensar que oscurece el horizonte de este colectivo, pero para la fundadora de El Amaneser, Karen Gerson Sarhon, eso es más motivo para dedicarse a conservar la riqueza cultural que contiene este idioma.


Impreso a color, con 24 páginas y de periodicidad mensual, El Amaneser se publica desde el 2005 para recuperar la tradición de la prensa sefardí que florecía en la capital otomana desde mediados del siglo XIX y para servir de nexo de unión entre todas las comunidades sefardíes del mundo.


«Hasta entonces, la única publicación enteramente en judeoespañol era Aki Yerushalayim, que se hace en Israel, pero que sale sólo dos o tres veces al año; luego hay algunas revistas en Francia o Bélgica que tienen algunas páginas en judeoespañol», resume Sarhon.


La revista, que cuanta con un par de ordenadores, tiene su sede en el llamado «Sentro de Investigasyones sovre la Kultura Sefardi», ubicada en un piso del barrio de Nisantasi en el centro de Estambul, sin placa en la puerta, pero siempre vigilada por un atento portero.


La comunidad sefardí de Estambul, unas 15 000 personas, no tiene problemas de convivencia con los demás ciudadanos, ni sufre ningún tipo de acoso; pero desde los atentados del 2003 contra la principal sinagoga de la ciudad, una discreta vigilancia rodea todos sus lugares de reunión o culto.


Se trata de la mayor comunidad de judíos en un país con mayoría de población islámica, seguida de Irán (11 000) y Marruecos (3000) pero ya son muy pocos quienes conservan el ladino y la mayoría habla turco como lengua materna.


El semanario de la comunidad, Shalom, redactado en turco, tiene 4000 suscriptores, que reciben también El Amaneser como suplemento mensual, explica Sarhon.


«Además hay unas 300 personas en todo el mundo a los que enviamos especialmente nuestro periódico mensual; por ejemplo, lo reciben todos los hogares sefardíes en Bulgaria», cuenta.


Shalom lleva publicándose desde 1947, redactado en judeoespañol hasta 1983, cuando cambió al turco, ante el cambio generacional que supuso la pérdida de lectores con conocimientos de la lingua.


El idioma de El Amaneser aparece desacostumbrado a primera vista, pero es inteligible sin problemas para un lector español, dado que la mayor diferencia consiste en la ortografía que pretende reflejar fielmente la fonética actual.


«Asta sierto punto, el ladino sirve komo lingua franca entre los judios sefaradim ke oy en dia estan muy despersados en la mayoría de países del mundo», reza un artículo.


Al uso de la K y la falta de C y de tildes, amén de un distinto empleo de B y V, se añaden algunas palabras de castellano antiguo como meldar (leer) o de raíz turca o árabe, como karar (decisión).


Pero las palabras turcas no suponen ningún problema a la comprensión de la revista en el ámbito sefardí, dado que todos comparten esta herencia, sean oriundos de Estambul, de Salónica, Sofía o Sarajevo.


«Kale ke entiendas ke el judeoespañol es una lingua otomana», recalca Sarhon: únicamente es común a los sefardíes que se asentaron en el Imperio otomano, desde los Balcanes hasta el suroeste de Anatolia.


La comunidad sefardí de Marruecos, que también mantenía su variante histórica del castellano, la jaquetía, hasta inicios del siglo XX, se pasó luego íntegramente al castellano moderno.


Y si bien algunos autores sefardíes marroquíes escriben para El Amaneser, la comunidad magrebí no ha aceptado la ortografía estandarizada hace una década por el investigador sefardí Moshe Shaul (Esmirna, 1929) para Aki Yerushalayim,  hoy comúnmente aceptada.


Sarhon lamenta que el judeoespañol no tenga Academia propia y que la Real Academia Española tampoco haya incorporado a su Diccionario las voces que sólo se conservan entre los sefardíes, aunque algunas incluso consten en ediciones de siglos pasados, antes de caer en el olvido en España.


«Si incorporan palabras que se usan sólo en Argentina, Uruguay o Perú, también deberían tener las nuestras, porque es un uso correcto del español», defiende la directora del periódico.


De hecho, algunas de las palabras que un lector español no reconocería sí figuran en el DRAE: meldar (leer), huerco (diablo),chapeo (sombrero), siempre con la indicación «antiguo» o «poco usado», pero nunca con la de «uso sefardí».


tajingrandioso@gmail.com


Telcel (2281) 07 81 68

 
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