Alma grande.
Ángel Álvaro Peña.
 

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La tragedia los unió
2017-12-04

Así como hay de tragedias a tragedias, hay de Yunes a Yunes.


Los fenómenos naturales suelen unir en la tragedia a los similares por su propia sobrevivencia. También en el drama de la corrupción que deja secuencias graves en la sociedad cohesionan a la sociedad, pero también desenmascaran a los políticos que desde la misma plataforma marcan sus diferencias con sus semejantes.


 Veracruz es tierra de sismos y nortes, de suradas y de zurradas. Por lo de zurra, claro. En este ámbito, la población más vulnerable está expuesta a los castigos de la violencia de la naturaleza, donde los más pobres siguen sufriendo más con una lluvia, un norte o un temblor.


El castigo de las tragedias no se olvida con el tiempo, hacen más profundo su dolor. En estas tragedias Veracruz padeció la encrucijada de su destrucción. Por un lado, la naturaleza humana con su fragilidad que deriva en actos de corrupción; por el otro, la naturaleza que castiga a los seres humanos de manera irreversible en muchos casos.


Las promesas de campaña del actual gobernador empezaron a desmoronarse cuando los agentes judiciales viajaron a Canadá para tomar unas declaraciones de cómplices de Javier Duarte, ahora preso en el Reclusorio Norte. Los inculpados no podían dar sus confesionales por temor a ser detenidos. La justicia mexicana se acomidió a viajar a ese país, para comodidad de los inculpados.


Como el actual sistema penal no sospecha de nadie hasta que se le comprueba que es culpable, la impunidad mexicana viaja a todo el mundo. Allá, sin testigos ni gente que los reconociera, hablaron mucho y producto de esa larga plática en México se actuó de manera muy relativa, casi pasmada. Ahora se dice que los enviados del gobierno mexicano sólo fueron a negociar con los amigos del ex gobernador. En beneficio de ellos y del propio Duarte de Ochoa.


Ahí empezó a quebrantarse la solidez de un liderazgo que parecía haber llegado para erradicar la impunidad en el estado. No fue así.


Yunes Linares mostró una dinámica policiaca que intentaba justificar sus palabras, pero los pocos resultados parecían condenarlo más a la complicidad e ineficacia que a la búsqueda de la verdad y a la investigación seria sobre el entonces perseguido: Javier Duarte.


Al llegar al poder Yunes Linares, luego de competir contra Yunes Landa por la gubernatura, encontró que seis meses era poco para vencer una delincuencia enquistada en la administración pública de Veracruz desde que llegó al poder Fidel Herrera.


Ahora se unen dos senadores veracruzanos, con el mismo apellido entre ellos, que coincide con el del gobernador, pero de diferente partido. No los hace similares su nombre sino sus objetivos; el destino los hace diferentes. Unos van hacia el lugar del otro. No lo quitan, lo sustituyen. La decisión es de los veracruzanos, la propuesta de sus necesidades y exigencias.


Así, Pepe y Héctor Yunes desde ahora miden sus palabras para crear una campaña en busca del voto que sea creíble, deben despojarse de ilusiones y fantasías que engañen, pero también advertir entre sus filas quienes quieren montarse en un proyecto que les es ajeno, pero que puede salvarles de la cárcel a través del fuero que otorga un cargo público, aunque éste no sea de elección popular.


Desde ahora los candidatos a todos los puestos de elección popular en todo el país, se rodean de oportunistas y de verdaderos servidores públicos. Unos tienen en el cargo la mejor manera de fortalecerse en lo individual: los otros, de fortalecer a la sociedad y reivindicar el ejercicio de la política.


Héctor y Pepe Yunes van juntos hacia el mismo destino. Quieren el lugar de Miguel Ángel, quien quiere preservar su estilo personal de gobernar.


Los veracruzanos, por su parte, esperan que no todos los Yunes sean iguales ni que los gobiernos se repitan como se repitieron, como dos gotas de agua el de Fidel y el de Javier, sin siquiera apellidarse igual.


Los veracruzanos distinguen claramente las diferencias entre los similares y conocen las similitudes entre los políticos aparentemente diferentes.


La tragedia despertó conciencias, tanto la impuesta por la naturaleza como la aplastante que los funcionarios corruptos ejercieron impunemente ante los ojos de todos y nunca fueron siquiera reprendidos por autoridad alguna ante el azoro y la indignación de los mexicanos.


Los excesos de parte de los cómplices de Javier Duarte continúan y llegan a extremos que parecieran competir por un récord de cinismo o de la capacidad de tolerancia de la población.


Ahí está el caso de Iván López Fernández, ex auditor de Javier Duarte, que nunca detectó nada fuera de lugar durante varios años de su administración y ahora quiere convertirse en el titular de la Auditoría Superior de la Federación, y compite por esa posición como si no debiera ninguna explicación a los veracruzanos en particular y a los mexicanos en general.


El rechazo generalizado a su ambicioso proyecto unificó a la bancada de diputados federales del PAN, PRD, PRI, MC y Morena en su contra. Lo que no logró ningún acuerdo lo alcanzó López Fernández en su negativa por llegar a convertirse en el auditor.


Los diputados, la población, el propio partido y el poder existente ya no pueden permitir el arribo de este tipo de personajes que sólo mancha la imagen de los políticos y contaminan la práctica de servicio que debe ser toda acción política en beneficio de la mayoría de la población.


Ya no son tiempos de continuidad sino de trasformación a fondo. La realidad ha llegado a extremos que nunca se imaginaron, es por ello que requieren de soluciones extremas que nunca nadie imaginó. PEGA Y CORRE. - Un grupo de fiscales mujeres fueron despedidas injustificadamente. Se les llamó a la Fiscalía General del Estado de Veracruz, donde se les anunció que debían firmar su renuncia voluntaria. A otras les comunicaron su cambio de adscripción a lugares lejos de su actual trabajo y domicilio. Las afectadas se desempeñaban como fiscales especializadas en Investigación de Delitos Contra la Familia, Mujeres, Niñas y Niños y Trata de Personas. Cuando intentaron hablar con el Fiscal Jorge Winckler Ortiz, el personal de su oficina negó el acceso argumentando que no se encontraba. Tampoco fueron atendidas por personal de Recursos Humanos de la dependencia… Esta columna se publica los lunes, miércoles y viernes.


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