Ahora que están de moda las redes sociales, donde se puede publicar de todo, el que accede a ese medio encontrara mucho material para formar o deformar un criterio y a eso le tienen miedo los políticos que se sienten ganadores, debido a que una imagen o un audio aun cuando sea editado, es desbastador para bajarlos de su pedestal.
Máxime que la mayoría de ciudadanos somos especialistas para el ingenio y el humor mexicano, la seriedad la guardamos para mejor ocasión y jugamos mas a la informalidad que nos hace pasar buenos momentos, la mayoría termina votando sin saber a ciencia cierta si conviene o no a sus intereses, salvo un mediano sector cree saber haber razonado el sufragio.
Todos sabemos que no hay delito sin ley, cualquier hecho o acto que no está tipificado por la norma es válido para quien lo realiza, no es posible coartar el derecho y la libertad de un ciudadano que juega a ganar, utilizando sus habilidades para convencer y vencer a su adversario, debido a que el de enfrente puede jugar igual o mejor respetando las leyes o al filo de las mismas.
El político debe entender que en ese terreno todo es movedizo, aun cuando el piso se vea parejo, que hay leyes escritas y no escritas, que tales leyes se aplican o no, recordando la frase de que “acuerdo mata estatuto” debido a que un acuerdo mayoritario es parte fundamental de la democracia. Así que entras a jugar con las reglas establecidas o no, así de fácil. La transa está hecha, jalas o no jalas.
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