Héctor Yunes Landa, Senador de Veracruz, luego de una larga y ardua carrera por la candidatura del PRI a gobernador, al final, todo parece indicar que por fin se le va a hacer… que la logrará. Este miércoles 13 de enero, en céntrico café de la capital veracruzana, se empezó a configurar la tan famosa y esperada cargada en la víspera de que en la Ciudad de México se firme el consabido “Acuerdo de Unidad e inclusión” que firmarán Alberto Silva Ramos, dirigente del CDE del PRI; Erick Lagos Hernández, líder de la bandada priísta veracruzana en San Lázaro; y los senadores Héctor y Pepe Yunes, ante el líder Nacional del PRI, Manlio Fabio Beltrones Rivera y el Gobernador de Veracruz Javier Duarte de Ochoa. Ahí mismo, entre ellos conocerán la Convocatoria, será publicada ¿Y luego? ¡La Cargada Oficial!

Eso ya está configurado y se dará. Lo importante es lo que sigue. Se avecina un feroz y difícil proceso que en teoría debería culminar en el mes de junio de este año, pero que los sabios de la política apuestan se prolongará hasta los tribunales (ya no es raro). Es decir, nadie debería darse como ganador a priori, de ningún bando. Por ejemplo, el experimentado priísta Carlos Brito Gómez nos comentó que “si el PRI quiere ganar, deberá ir a buscar los votos cuerpo a cuerpo… Héctor es un muy buen candidato, pero hay hartazgo social no solo contra el PRI, sino a todo lo que huele a partidos políticos”. Habrá que patinarle y en serio por los votos. Sobre todo ahora con el ingrediente de los candidatos independientes a los que la sociedad está demostrando, al darle las firmas que necesitan para su registro, que los ven con buenos ojos.

No es un secreto que los Partidos Políticos están quebrados y será muy difícil para sus abanderados salir adelante en su intento. Veracruz, como ha dicho Javier Duarte ¡Ya cambió! Y en materia política, también.

¿Y qué de la alianza Héctor-Pepe, Pepe-Héctor?

La lógica es que se mantenga, que siga y se extienda durante el proceso de la elección. Es más que seguro que Pepe aportará todo su capital político y sus seguidores “Pepistas” a la campaña de Héctor. Lo principal para la mancuerna será ganar la elección, no hay de otra. Si no hay DE DOS, NO HAY DE SEIS, si no hay 2016 mucho menos habrá 2018, y no tan solo para Héctor y Pepe, sino para el PRI.

El mismo Duarte y los Duartistas tendrán que usar, cada uno en sus parcelas, sus mayores capacidades para no verse involucrados en una derrota ejemplar.

Pero siguiendo en la lógica del después ¿Y después? De ganar Héctor ¿Qué de la Alianza?

Recordemos que la Alianza política entre el peroteño y el choleño se basa en TRES PUNTOS DE GOBIERNO, no en una sucesión concertada. Ante esa tesitura, la alianza obligadamente deberá de cambiar en sus formas, de llegar a ser Héctor Yunes el Gobernador, Pepe seguirá como uno de los tres Senadores de Veracruz, se lo confirmó hoy mismo a quien escribe. Por lo que Héctor deberá hacer un gobierno inteligente para que el PRI no tenga que abandonar el Palacio con la cabeza gacha y Pepe deberá hacer su labor como Senador de una forma callada pero efectiva. A nadie le gusta que su gobernador tenga un “poder tras el trono”. Héctor, de ganar la gubernatura, debe ser autónomo y responsable de sus actos. Pepe deberá cuidar todas las formas para evitar los celos, quizá no de Héctor (quien tiene altas miras), pero sí de su gabinete, pues será natural y legítimo que cualquiera de ellos, o los legisladores federales actuales, quieran sacar de la fila al de Perote. Pepe estará desde ya en la línea de fuego.

La alianza se fortalecerá si Héctor –siendo gobernador- cumple con los tres puntos torales que le dio vida a la misma. En política no hay agradecimientos,  hay cumplimiento de la palabra empeñada. Si Héctor cumple será un gobernador que en dos años trascienda, pues los tres puntos del acuerdo, son vitales para el desarrollo del estado y la recuperación de la confianza de la sociedad hacia el PRI- Nadie espera que Pepe se siente en sus laureles a esperar acostado en una hamaca que los que hoy le han prometido la candidatura del 2018, se la cumplan. Mal haría. Si Pepe quiere la de seis, tendrá que pedalearle, deberá ser mucho más eficiente como Senador, más hábil para no despertar los fantasmas de los celos, mucho más aguerrido para obtener para el Estado y los sectores productivos, sociales y políticos, los mayores beneficios de la federación. Y él lo sabe.

Otro dato, se sabe que Héctor le ha ofrecido a Pepe la Presidencia del CDE Estatal si todo se le materializa en estos días, pero políticamente sería un error garrafal pues un descalabro en las elecciones se le endilgaría directamente a Pepe lo que le cerraría las puertas para una futura candidatura. Además, el deber y compromiso será crecer en el Senado y estar cerca de los hombres del Presidente Peña que son sus amigos como Luis Videgaray y Antonio Meade. Además, para el PRI, se requiere una figura centrada y mesurada, que sepa negociar y dialogar, una figura como la de Amadeo Flores Espinosa, quien es un político que une, que sabe ganar elecciones, que es amigo de Héctor, que es amigo de Pepe, que representa una corriente crítica dentro del PRI… y si me apuran, es un político confiable.

Por su parte, es claro que Alberto Silva Ramos una vez que haya candidato regresará a San Lázaro, como un mero ejercicio de congruencia y conveniencia política. Así se lo comentó a quien esto escribe y aquí se lo describimos en su momento: de no ser candidato se regresaría a San Lázaro, en donde por cierto tiene lo suficiente para hacer un buen papel legislativo.

Así que lo que viene será mucho, pero muy interesante, aunque primero, para que haya caldo de gallina, debe haber gallina. El PRI, Pepe y Héctor, deben ganar la elección que, como bien la bautizó el periodista Ramsés Yunes, será “la madre de todas las batallas”.

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