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NI UN RECOMENDADO DE PEPE A HÉCTOR |
De la columna "Prosa aprisa" |
Por: Arturo Reyes Isidoro 2016-02-08 - 23:40:52 / |
No podía esperarse otra cosa del senador José Francisco “Pepe” Yunes Zorrilla, quien se distingue por su comportamiento político profesional, su congruencia entre el decir y el hacer, su crítica a la forma en que se ha manejado el Gobierno del Estado y la enorme deuda contraída, su respeto a los demás actores políticos, lo mismo de su partido que a los de la oposición, su honestidad y su forma de predicar con el ejemplo. Es de todos conocidos, y ya es historia, que en el año 2006, cuando tuvo la oportunidad de ser senador por primera vez, su intento falló, en mucho porque el gobernador Fidel Herrera Beltrán no le cumplió todo el apoyo que le había prometido y lo dejó solo (en realidad lo descarriló para despejarle el camino a Javier Duarte de Ochoa, a quien ya pensaba hacerlo candidato al Gobierno del Estado). Pepe era entonces diputado local y para contender tuvo que solicitar licencia para dejar su curul en el Congreso local. Otros compañeros suyos hicieron lo mismo para buscar también cargos de elección popular. Pero pasada la elección y derrotado en las urnas, Pepe, a diferencia de todos los demás que sí lo hicieron, tomó la decisión de no regresar a su posición como diputado y dejó que fuera su suplente, Manlio Fabio Baltazar Montes, de Altotonga, quien concluyera el periodo constitucional. Demostró que no se aferraba al poder ni pretendía vivir a costa de éste regresando a la nómina, como un presupuestívoro más, y que era de la idea de darle tambien oportunidad a otros. Siguió haciendo política por cuenta propia, sin asaltar el erario público, como otros, y hoy está por demás repetir el prominente lugar que ocupa en el concierto político nacional, sin duda el veracruzano activo políticamente mejor posicionado en las Grandes Ligas que se juegan en el altiplano, enfilado desde ahora para ser el candidato de su partido al Gobierno del Estado en 2018. A cumplir su tarea en el Senado se dedica al cien por ciento, y a seguir construyendo su candidatura en forma efectiva pero discreta, con respeto a formas y tiempos, a formas y tiempos sin interferir para nada en el gobierno de Javier Duarte de Ochoa y, ahora, en la precandidatura y segura candidatura de Héctor Yunes Landa al Gobierno del Estado. Han sido los días martes y jueves de cada semana cuando sus oficinas en el Senado de la República se han visto llenas de veracruzanos que lo van a ver a la Ciudad de México, curiosamente no para hacer alguna gestión con el propósito de obtener apoyos para el campo, para la pesca, para alguna mejora urbana en cualquier ciudad, para reparar algún camino o iniciar una carretera, etc., sino en busca de su “palanca” para pedirle que los ayude a obtener una, dos o más posiciones en el próximo gobierno de Héctor o, algunos, para que influya a efecto de que les den una candidatura a diputado local. Ocurre en esos días porque son cuando hay sesiones y el legislador por Perote recibe audiencia, aunque el fenómeno se repite a diario en sus oficinas en Xalapa, a donde si bien no asiste mucho, los “grillos”, “polacos” interesados, llegan para hablar con sus más cercanos colaboradores, a quienes conocen, para decirles que le informen al senador que fueron a solicitarle su apoyo político, o bien para que le hagan saber que ya hablaron con algún miembro de la familia Yunes Zorrilla, quien les dijo que de su parte fueran a decir que ya “está todo acordado”. Pero tanto en la capital del país como de Veracruz, todos, absolutamente todos, salen como llegaron, con las manos vacías, porque el mismo Pepe así como sus colaboradores, de la forma más educada pero terminante les dicen que de su parte no recomendará con Héctor a nadie, absolutamente a nadie, ni a sus más cercanos, ya que el candidato es Yunes Landa y quien va a ser el próximo gobernador, y que es él y sólo él quien va a tomar las decisiones y a trabajar con quienes considere que puede salir avante en su empresa. Este es un rasgo que muchos no conocían de Pepe, pues si bien tiene un gran ascendente sobre Héctor, además de que existe un pacto de unidad con él, y es cierto que se hizo a un lado para que el de Soledad de Doblado llegara a la candidatura, predica con el ejemplo cuando critica la forma en que se ha manejado el Gobierno actual y no quiere repetir los errores como el de Fidel Herrera Beltrán de haberle impuesto a su delfín Javier Duarte de Ochoa a muchos colaboradores e influido en muchas decisiones, por lo que tiene muy claro que la responsabilidad a la hora de decidir es y será únicamente de Héctor Yunes Landa. Pepe, pues, está actuando correctamente, va a respetar y a dejar que Yunes Landa ejerza a plenitud su gobierno, no pretende hacerle sombra ni contrapeso, menos obstaculizarlo, y lo único que hará será apoyarlo en lo que necesite y cuando lo necesite y se lo pida, pero nada más. Es de todos sabido que Fidel Herrera Beltrán impuso a Javier Duarte de Ochoa como gobernador para a través de él seguir intentado ejercer el poder, influyendo para que nombrara a recomendados suyos en muchos cargos, para que postulara candidatos a cargos de elección popular a allegados a sus intereses, así como para que tomara decisiones que le convenían, por lo que siempre se dijo que quien realmente seguía gobernando era Fidel. Con los Yunes rojos eso se ha terminado. De tal manera que la próxima camada de candidatos a diputados locales del PRI llevará el sello únicamente de Héctor, pues él será quien palomee la lista final con el visto bueno del Comité Ejecutivo Nacional de su partido. Otros tiempos, otras formas. Nada que huela a fidelato ni a duartazgo, ni siquiera la forma de ejercer el gobierno y el poder. |
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