Héctor Yunes Landa y Miguel Ángel Yunes Linares, precandidatos a la gubernatura de Veracruz. Los veracruzanos están muy dañados por tanta mentira que se ha vertido en su suelo, en su espacio y en sus instituciones. Están dañados por la simulación entre lo que se ha dicho y lo que se ha hecho, pero no solo en los últimos 12 años, sino desde hace mucho, pero mucho tiempo. La clase política actual no podrá desmentir lo anterior; lo sabe, lo ha hecho o se lo han hecho. Me quiero referir a un caso actual, que merece ser analizado con objetividad, a conciencia y sin parcialidad: el hecho fundamental no solo de parecer ser honesto, sino de serlo. Me refiero a los ofrecimientos de Héctor y Miguel, Ángel de apegarse a la “Iniciativa 3 de 3”, que se ha puesto de moda y que se refiere a hacer pública su declaración Fiscal, Patrimonial y de Intereses. Esta iniciativa no es algo establecido por la ley, ni es obligatoria aún en México, pero sirve para que quien quiera acceder a un cargo público se desnude voluntariamente ante quienes deben decidir si lo aceptan o no.
En una reunión con delegados del PRI, Héctor Yunes Landa exhibió tres formatos que contenían, dijo, los datos de sus tres declaraciones (Fiscal, Patrimonial y de Intereses), junto con el de su esposa Verónica y sus hijas Liz y Andrea, “para que quede claro cuál es el patrimonio con el que cuento”, dijo. Esos formatos correspondían a los que el Instituto Mexicano de la Competitividad (IMCO) recibe de manera electrónica, que después valida la información y cuando queda validado, envía de manera digital un comprobante al correo electrónico del interesado. Una vez que todo eso sucede, el IMCO lo hace público en el portal de la Iniciativa.
Extrañamente esto no se destacó siquiera en los comunicados oficiales del precandidato, pero en comunicado del CDE del PRI, el líder estatal de ese partido, Amadeo Flores Espinosa “aplaudió la decisión de Yunes Landa de dar a conocer también ante notario público, la declaración patrimonial de su esposa y los bienes de sus tres hijos”.
De igual manera, el precandidato por la Alianza PAN-PRD, Miguel Ángel Yunes, anunció públicamente que ayer martes entregó en las oficinas de la organización que promueve la Iniciativa, sus tres declaraciones.
Un solo detalle, ninguno de los dos mostró el acuse de recibo correspondiente. Hubiera sido bueno. Así que los dos, en teoría ya lo hicieron (uno primero que el otro o uno después que el primero… el orden no parece ni debería ser lo importante). Será importante cuando los dos primos que hoy compiten por la gubernatura desde diferentes trincheras políticas, demuestren con los correspondientes acuses de recibo que han cumplido a cabalidad con lo que anuncian. Con lo que afirman. Con lo que presumen. Sería contundente que esos acuses cuenten con la firma de fe pública de un notario público local.
Ya basta de tomarles el pelo al electorado. Basta de simulación. Veracruz merece seriedad y respeto. Si los dos precandidatos son honestos, que lo demuestren.
Que lo demuestren ante sus correligionarios y ante el electorado en general.
Este punto pudiera ser la base del inicio para cualquier debate público que se realice durante la campaña. Ahí se sabrá si los dos dijeron la verdad y están dispuestos a ganarse la confianza del electorado a la buena o a la mala. Ahí se sabrá si alguno de los dos, o los dos, mienten. Ahí será el tronido de los chicharrones y, créame, el electorado lo tomará muy en cuenta a la hora de estar solo en la urna el primer domingo de junio, porque de verdad, ya estamos hasta la coronilla de mentiras y simulación.
¿Dijeron la verdad en esas declaraciones? ¿Mintió Héctor? ¿Mintió Miguel Ángel? Ya se sabrá. Esperamos que sea pronto. ¡Qué caigan las máscaras! |