Mal y de malas. Mientras el gobernador Javier Duarte de Ochoa hace un gran esfuerzo por sacar agua de la canoa al anunciar un mayor reforzamiento de la seguridad en la zona norte, que irá acompañada de una mayor inversión de Pemex, funcionarios de Sefiplan tratan con la punta del pie a los trabajadores sindicalizados. Es el caso del Subsecretario de Ingresos, Arturo Jaramillo Díaz de León, quien es señalado como el único culpable de la toma de las instalaciones de la Secretaría de Finanzas y Planeación, así como de las manifestaciones realizadas frente a oficinas de Hacienda, Tránsito del Estado y Padrón Vehicular.
Los quejosos argumentan que les adeudan a poco más de 900 empleados millonarias cantidades, desde hace cuatro años por concepto de incentivos. En ese lapso no les han pagado puntualmente el débito y el problema estalló el pasado 15 de marzo cuando el pago se cortó en su totalidad.

No es un asunto menor. Este jueves fue un caos, pues muchos depósitos y  transferencias, así como recaudación de impuestos estatales no se pudieron efectuar. Tan sólo por la toma de la sede de Sefiplan, cálculos conservadores estiman que el Gobierno del Estado dejó de percibir, 60 millones de pesos. Como dicen por ahí, es tan poco el amor y se gasta en celos. Si de por sí las finanzas estatales andan de capa caída, con estos problemas en nada se abona en un panorama que muchos pintan gris.

Vaya forma de perder el piso por parte de Arturo Jaramillo, pues los empleados que protestaron se quejan de malos tratos, de nulo oficio político y de insensibilidad.

Pareciera que a Jaramillo Díaz de León el enemigo número uno del duartismo, Miguel Ángel Yunes Linares, le pagara para desestabilizar un área tan sensible como es Sefiplan. Bueno, no faltan los que se dicen muy bien informados, que por ahí va la cosa. Hay quienes aseguran que Arturito le estaría filtrando al choleño información privilegiada de esa dependencia. De mientras, cuentan que Manuel Trujillo, asesor de Arturo Jaramillo estaría balandroneando que él y su jefe ya tienen asegurada su chamba en el próximo bienio, en el hipotético escenario de que ganara la gubernatura Miguel Ángel Yunes Linares.

Pero lo peor apenas estaría por venir, si el conflicto con los trabajadores de Sefiplan sigue, se corre el riesgo de que este viernes no se pueda llevar a cabo la dispersión del pago de la segunda quincena de abril de todas las dependencias que conforman la administración estatal.

Y hay otra bronca adicional. Estos son los últimos dos días para que los ciudadanos se pongan al corriente con el pago de derechos vehiculares y de la condonación de recargos y actualizaciones. Si este viernes los inconformes vuelven a tomar oficinas de Hacienda, habrá muchos usuarios afectados que no podrán efectuar sus pagos.

Y el menos contento de todo esto es Héctor Yunes, pues lo que avanzó en los recientes debates y en la encuesta del diario Reforma, se lo echan a perder funcionarios como Arturo Jaramillo. Si siguen estas regadas de tepache (u operaciones en contra por encargo de Miyuli), no se descarta que el electorado no lo perdone en las urnas. El voto de castigo está latente.