Permisividad y sobreprotección son los principales errores en los que caen los padres con sus hijos, pero de cada diez padres de familias, sólo uno o dos buscan prepararse en este rol, señaló Miguel González, coach y conferencista, autor del libro “Padres poderosos, hijos triunfadores”.

Mencionó que a través de su trabajo, recopilado en ese libro aún no impreso pero que está disponible en la plataforma virtual de amazon.com y proyectocoach.com, se busca brindar a los padres una opción que les ayude a desarrollar su liderazgo.

“Hoy en día los niños, los jóvenes, están influenciados por muchas situaciones externas, muchos padres se han impotentes ante esas influencias y han quedado relegados a segundo plano”, apuntó.

No obstante, destacó, los padres deben recordar que son los responsables de la formación de sus hijos, para que sean adultos realizados y puedan aportar cosas positivas.

Agregó que hoy los niños y jóvenes están expuestos a todo lo que es la tecnología, como redes sociales, videojuegos, lo que tiene a éstos absortos, ante lo cual los padres deben actuar con mucha sabiduría y liderazgo para saberlos guiar en ese sentido.

“No quiere decir que se les prohíba a los menores el uso de esa tecnología, pero sí que guarden un equilibrio entre la visión de futuro que el niño debe desarrollar y el manejo de todos esos aparatos”, comentó.

El conferencista destacó que este tipo de aparatos pueden ayudar a los menores a desarrollar su parte cognitiva y habilidades, pero se puede convertir en aspecto de riesgo y hasta adicción si no se ponen límites.

“Los padres deben saber cómo manejarlo de manera armoniosa, amorosa, diciéndoles que hay otras cosas con las que pueden aprender y divertirse, por ejemplo leer libros”, apuntó.

González destacó que si bien a veces no hay mucho tiempo de los padres para pasar con sus hijos, se deben aprovechar los momentos para darles tiempo formativo.

A veces, reconoció, los padres buscan llenar su ausencia con artículos y objetos para tener tranquilos a los hijos de momento, pero en el fondo se requiere de su presencia para apoyarlos.

Otro error aparte de la permisividad, abundó, es la sobreprotección, pues no se les dan alas a los hijos para volar solos y con más de 40 años siguen viviendo con los padres porque temen enfrentar la vida, que es apasionante cuando se logra entender que está llena de retos y se está preparado para superarlos.