Mientras el director de Acceso a la Información del IVAI, Hugo Santiago Blanco León, aseguró que tras la aprobación, por parte del Congreso del Estado, de la Ley de Transparencia y Acceso a la Información se definirá en un periodo de 6 a 8 meses la cantidad exacta de cuantos funcionarios deberán de transparentar el uso de los recursos públicos que les son asignados- actualmente sólo hay 356 sujetos obligados-,  la Consejera Presidenta del Instituto Veracruzano de Acceso a la Información, Yoli García Álvarez, sigue haciendo de las suyas, sin percatarse de la enorme responsabilidad que tienen en sus manos y que el buen juez por su casa empieza. 

En Los Pasillos y Antesalas es constante la queja que cada quincena se les escucha a los empleados porque de su sueldo tienen que “donar” un diez por ciento para comprar pastelitos, refrescos y frituras que la titular utiliza en las fiestecitas que organiza en el recinto oficial, pues ahora ya no tan sólo celebra “baby showers”, también cumpleaños y aniversarios de bodas y literalmente, obliga a sus subalternos a “cooperar”; pero los excesos de García Álvarez no terminan ahí, es este instituto quien paga su chofer particular: Román Villanueva es la persona encargada de atender a los hijos de la maestra “Yoli” como le gusta que la llamen y sus principales responsabilidades de este empleado no se refieren  a actividades relacionadas con el IVAI, sino de llevar al hijo de la dama en cuestión, a sus juegos de basquetboll, y también se da tiempo de trasladar a su hija a clases de inglés y alemán. 

A propósito ¿Cuál será el término en alemán, de “corrupción”? Los empleados, además son obligados a destinar varias horas de su horario de trabajo para “apoyar” en las tareas escolares a los hijos de la maestra Yoli. Los 12 mil pesos que el IVAI le asignó como sueldo al chofer Villanueva es el pago por realizar actividades propias del Instituto, no como “nano” particular de la Consejera Presidenta. Ella, quien debiera ser ejemplo de prudencia y transparencia en su quehacer institucional, es quien primero incurre en este tipo de conductas incorrectas.