El efectivo impacto mediático logrado ayer por el presidente Enrique Peña Nieto, al pedir perdón a los mexicanos por el tema de la Casa Blanca en Lómas de Chapultepec, es el punto de arranque hacia la recomposición de su figura gubernamental. Lo que sigue es lógico, la caída de gobernadores y altos funcionarios públicos de cualqueir partido político. Para nadie es un secreto que ya son investigados por la Auditoría Superior de la Federación y la Procuraduría General de la República y no serán perdonados. La caída de Virgilio Andrade, de la Secretaría de la Función Pública es parte de esa nueva estrategia de Peña. El presidente deberá tener carnita que anunciar a la nación en su próximo informe de gobierno, y la caída de algún pez gordo no sería mala señal. Habrá que estar pendientes las bocinas del Circo Romano han hecho su primera llamada, primera…