Entre químicos y charcos de hidrocarburo abandonó Petróleos Mexicanos a por lo menos cuatro familias de la colonia Francisco I. Madero. Los vecinos afirmaron que por la pestilencia están enfermos y hasta hay mortandad de animales de patio. El chapopote está impregnado en las plantas, paredes, bardas, los árboles y hasta en los patios de las viviendas construidas cerca de un canal natural de agua. Acusaron que Pemex no ha contralado los escurrimientos del crudo. La casa más afectada está marcada con la número tres, ubicada en la calle Tulipanes y 5 de Febrero, donde el patio del domicilio se ha creado una laguna de chapopote, que está impregnado en la vegetación. El hidrocaburo despide olores putrefactos que llegan a varios metros a la redonda. El chapo se mezcla con aguas negras que escurren del caudal hasta empantanarse frente a los domicilios. Los vecinos están intranquilos porque la humedad ha causado daños y grietas en los cimientos de sus hogares. Una de las lugareñas afirmó que los trabajadores de Pemex limpian el lugar y arrojan químicos para controlar la pestilencia, pero no se llevan lo que está contaminado por chapo. El problema comenzó en octubre del año 2009 y desde esa fecha las consecuencias han sido fatales pues han muerto animales de corral y la aparición de enfermedades respiratorias, narró otra de las mujeres mientras se azomaba desde la ventana de su casa, ubicada sobre la calle 5 de Febrero de la colonia Francisco I Madero.
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