Unas 120 colonias de la zona metropolitana de Veracruz seguirán sin agua debido al daño de una de las tuberías en la planta potabilizadora de El Tejar, señaló Arturo Zorrilla Castañeda, director de Grupo Metropolitano de Agua y Saneamiento.

De acuerdo al representante del nuevo organismo, un ducto que sale de uno de los tanques de la planta fue dañado por ex trabajadores del Sistema de Agua y Saneamiento, lo que obligó a una reparación urgente.

"Una vez que bajó el nivel del agua en el tanque nos dimos cuenta que había un claro sabotaje, pues el tubo presenta golpes de lo que pudo ser un marro e incluso hicieron una palanca para quitar la junta que unía a los dos tubos", explicó.

En cuanto que los técnicos de Grupo MAS detectaron el problema, comenzaron con la excavación y adquirieron las piezas necesarias, salvo una refacción que fue mandada a hacer y que estará lista hasta el mediodía del sábado.

"Confiamos en que mañana tendremos la pieza que nos falta y en el transcurso de la tarde echaremos a andar la planta. Sabemos que estamos ante una situación similar a la que vivimos en días pasados, pero debemos intervenir lo más pronto posible", dijo.

Zorrilla Castañeda afirmó que durante el fin de semana se suspenderá el servicio en más de un centenar de colonias y fraccionamientos de Veracruz, Medellín y Boca del Río, por lo que pidió a las familias racionar el consumo de agua.

"Fue un daño premeditado a la red pública de agua potable, lo que consideramos un ataque al bienestar de la gente y que se convierte en un delito, por eso haremos una denuncia de hechos ante la Procuraduría General de la República y las autoridades competentes", sostuvo.

Rechazó un señalamiento directo contra la líder del sindicato José Azueta, Angélica Navarrete o alguno de los trabajadores o directores. Sin embargo insistió en que pedirá una investigación por los hechos.

El director de Grupo MAS detalló que el estado en que recibieron la planta fue documentado por un notario público; no obstante, consideró que es imposible prevenir los ataques a la infraestructura, ya que hay cerca de 4 mil 500 válvulas en la zona conurbada.