La columna Bajo Reserva de El Universal este domingo da cuenta del priísta Héctor Yunes Landa quien “regresó al escaño en el Senado que dejó en enero para ir a la campaña por la gubernatura de Veracruz, que fue una guerra sin cuartel contra su primo-hermano panista Miguel Ángel Yunes Linares, bajo la sombra del gobernador, también del PRI, Javier Duarte. Pero, nos comentan, don Héctor sigue en campaña, como lo reflejó su agenda de actividades de la semana que termina: el martes fue a Guadalajara como invitado de la Iglesia de La Luz del Mundo, en las celebraciones principales de ese credo religioso, y el viernes fue al cumpleaños del arzobispo de Xalapa, Hipólito Reyes Larios, donde convivió con la crema y nata del clero católico. Yunes Landa tiene a la vista el 2018, año en el que Veracruz vuelve a las urnas por un gobernador. Y ya empezó a trabajar para aparecer de nuevo en la boleta, nos adelantan”. ¿Será? Lo cierto es que aunque parecía que Héctor había bajado ya un par de rayitas a sus pretensiones, últimamente ha vuelto a su activismo. Mucho tienen todavía por delante los aspirantes, mucho camino, muchos amarres, y muy poco tiempo.