Cierto, tampoco hay por qué negarlo, mediáticamente siempre tendrá mayor impacto un atentado en la Ciudad Luz o Nueva York, que lo que pueda pasar en una ciudad del Medio Oeste. Pero de allí a que se diga que no se tiene empatía hay mucho trecho. Las familias se destruyen por igual en el este o el oeste, y la sal de las lágrimas tiene el mismo sabor en las comisuras de los labios. La imagen que se muestra habla por sí sola. Un niño que está solo en una ambulancia, identificado por médicos como Omran Daqneesh, de 5 años, quien con su cara ensangrentada y cubierta de polvo, se encuentra sentado tranquilo y mirando al frente, aturdido y conmocionado tras un aparente ataque aéreo en la ciudad siria de Alepo. La imagen forma parte de un video en el que se ve a niños siendo sacados de las ruinas de un edificio bombardeado por ataques aéreos en Alepo. Demasiada muerte y demasiado odio se está acumulando en el mundo. Tomemos un respiro y veamos que no solo en París, sino en todas las latitudes se sufre.