Ni la Fiscalía ni los cuerpos policíacos tienen calidad moral para impedir que los ciudadanos se armen para defenderse ya que han sido absolutamente incapaces de brindar seguridad ni justicia a los ciudadanos, señaló Jairo Guarneros Sosa, luchador social quien recientemente fuera objeto de un atentado.

“Me parece que la Fiscalía se está quedando muy corta, y sin mucho rubor ni vergüenza el fiscal general acaba de reconocer que había sido rebasado, pues hasta que se dio cuenta porque hasta para eso es lento”, apuntó.

Guarneros Sosa indicó que a los ciudadanos sólo les queda cuidarse y protegerse entre ellos y entra las organizaciones.

Consideró que la Fiscalía está abonando para que la gente piense en darse esa seguridad incluso hasta armándose, y con qué autoridad moral le podrían decirle que no lo haga cuando no se investiga y sanciona a quien está cometiendo delitos.

Puntualizó que no es su caso porque de manera personal no considera que armarse sea la solución, aunque está a favor de los procesos que surgen de la organización popular.

Indicó que a pesar de la agresión sufrida el 7 de julio pasado no tiene por qué irse de Orizaba y seguirá activo en la lucha social.

“Fue un aviso no tan sólo para mí, sino para muchos que están participando en las organizaciones de lucha social, y es lamentable porque en Orizaba nunca antes se había visto una agresión así hacia alguien de las organizaciones sociales y esto nos debe decir que tenemos que sentarnos para ver cómo nos tenemos que cuidar”, reconoció.

Guarneros Sosa destacó que si bien no hay ningún pleito personal con nadie, lo que le ocurrió lo ubica como una respuesta a las acciones del 6 de julio, aunque no le corresponde señalar responsables, ya que eso corresponde a la Fiscalía si es que hace su trabajo.

Indicó que la seguridad corresponde a autoridades de los tres niveles y sólo ve reacciones reactivas, no se prevención a la violencia, pues revisiones son violatorias de los derechos humanos y no se puede considerar que eso es prevención.

Lamentó, finalmente, la tardía respuesta de la Cruz Roja, que nunca llegó, y aunque llegó a la Cruz Roja en una patrulla le negaron el servicio, lo que cuestiona las campañas que esa organización hace de manera nacional y publica, lo que quizá incluso sea un delito.