Dentro de las razones que esgrimió el PRI para suspender los derechos partidarios al Gobernador Javier Duarte de Ochoa es la afectación de la imagen del partido. Esa afectación no se pone en duda, no por nada a quien se le pregunte, ciudadano, estudiante o hasta connotados analistas políticos, coinciden en que el PRI difícilmente podrá recuperar el poder en los próximos años a nivel local, y a nivel nacional cada quien tiene su grado de responsabilidad, desde los otros gobernadores hasta el propio gabinete, o Peña Nieto y su familia. En fin, que la Comisión Nacional de Justicia Partidaria del PRI consideró al menos 14 conductas negativas que se imputan al gobernador de Veracruz, Javier Duarte de Ochoa, y a otros cinco militantes para suspenderles sus derechos político-partidistas. De acuerdo a una nota de El Universal, “la Comisión puso sobre la mesa la existencia de un “clima de violencia” en contra de los periodistas en Veracruz, que ha tenido como consecuencia el homicidio, secuestro, desaparición y desplazamiento a otras entidades de quienes se dedican a este oficio”. Pero eso no es todo, también tomaron en cuenta: “Existencia de un contexto violento en el que hay desaparición de personas; falta de pago a la UV; adeudos con distintas dependencias y órganos; participación en la creación de empresas fantasma y celebración de adjudicaciones; donación de bienes inmuebles propiedad del estado para pagar deudas; amenazas a alcaldes y diputados locales para aprobar iniciativas, o bien, para manifestarse a favor del gobierno del estado; aumento desproporcionado e irracional de la deuda pública”. ¿Así o más?