En conferencia de prensa desde la casa de transición de Boca del Río, Miguel Ángel Yunes dio la nota que debería obligar a la reflexión. De todo lo que se ha visto, leído y oído esta mañana, lo que destaca no es la solicitud de licencia del gobernador Javier Duarte -que por sí misma es una nota de ocho columnas-, sino las declaraciones que dio el gobernador electo Miguel Ángel Yunes Linares en el sentido de que a partir del primero de diciembre, esto es, cuando ya sea gobernador Constitucional de Veracruz, presentará las pruebas de la corrupción de Duarte ¡Pruebas que cimbrarán a México! Pues advirtió que en sus investigaciones pudo llegar “hasta la médula de la corrupción de Duarte” y descubrir hasta dónde, como la humedad, se había metido la corrupción. Dijo tener todas las pruebas a buen resguardo, con personas de su confianza y en bóvedas. Ese es el tema y en eso hay que reflexionar, porque quién sabe hasta qué nivel se haya desparramado la corrupción, cuánta gente y de qué nivel sean los involucrados, lo cual hasta cierto punto ubica al gobernador electo en una situación de máximo riesgo. Además, en sus declaraciones hay una velada advertencia, pues al asegurar que el “sistema corrupto” quiere impedir que tome protesta como Gobernador… con esto les estaría mandando un mensaje. ¿Cuál? Evidentemente el de “si quieres hundirme, yo también te hundo”… aunque claro, esto es solo una conclusión reflexiva. ¿Usted qué opina? ¿Sería adecuado o estratégico para los propósitos del gobernador electo de Veracruz, Miguel Ángel Yunes Linares, que haya revelado esa información? ¿Era necesario, era una advertencia o era como en el póker, lanzar un buen bluff?