Cuando el Portal Animal Político destapó el caso de las Empresas Fantasma que operaron en Veracruz y obtuvieron millonarios y jugosos contratos… la opinión pública se cimbró.
Cuando se supo que se trataba de más de 20 empresas y contratos por un monto de poco más de 600 millones de pesos… Veracruz se cimbró.
Pero el escándalo y la indignación social llegó cuando se supo que eran casi 70 empresas y el daño ascendía a casi 6 mil millones de pesos, según declaró Aristóteles Núñez, ex titular del SAT.
Fue tan rápida, puntual y documentada la respuesta ante los medios de comunicación nacionales que resultaba obvio que los funcionarios del gobierno de Duarte debían estar al tanto de esas operaciones. Recordemos la inmediatez con que el titular de SEFIPLAN, Antonio Gómez Pelegrín, y el Contralor del Gobierno del Estado, Ricardo García Guzmán, salieron a los medios armados hasta los dientes con expedientes y libros blancos jactándose de que todo lo que Animal Político había publicado era legal. Afirmaron que todo era ¡Legalísimo! Que todo estaba ¡Perfecto! Tan perfecto y bello, que de tan puro hasta olía mal, pues lo que aseguraban con documentos lo reflejaban con el semblante, se les notaba sobrados a los funcionarios que sabían que nada se les había pasado de cumplir y de cuidar. Estaban seguros. Estaban claros que nada les pasaría y que el Gobierno del Estado saldría bien librado.
¡El crimen perfecto! ¡Caso cerrado!
Ante tanta evidencia de inocencia y pulcritud en el manejo institucional y oficial de los casos denunciados, no debió faltar quien recordara la frustración que sintió el fiscal de distrito William "Willy" Beachum, vencido por el ingenio y talento del rico ingeniero aeronáutico "Ted" Crawford, quien al descubrir que su esposa Jennifer, tenía una aventura con el detective Rob Nunall la mata y diseña una trama tan perfecta que el juez lo exonera de los cargos. Sin embargo, la sagacidad el fiscal logra al fin darle vuelta al caso y hace que la justicia alcance a “Ted” y lo hace pagar por su crimen. Todo ello sucedió en la película Crimen perfecto, dirigida por el gran cineasta Gregory Hoblit, protagonizada por Anthony Hopkins.
Bueno, pues algo parecido pasó en Veracruz con el caso de las Empresas Fantasma… a pesar de que todo era “perfecto”, poco a poco fueron desmadejando la bola y lo último es la aprehensión por parte de la PGR de Victorino Benítez Márquez, administrador único de la empresa BIENART, S.A. DE C.V, por haber rendido datos falsos al Registro Federal de Contribuyentes (RFC)… De Victorino, desconocido entre el sector empresarial de Veracruz, que se ostenta además como socio y representante legal de dos de las 33 empresas fantasma que recibieron contratos millonarios de la administración del gobernador Javier Duarte, se obtiene una de las mil puntas de la madeja, una de las muchas cabezas de la hidra.
Optimista se ve también que la PGR haya logrado obtener vinculaciones a proceso en contra de los representantes legales de otras siete empresas a través de la Subprocuraduría Especializada en Investigación de Delitos Federales (SEIDF), en coordinación con la Agencia de Investigación Criminal (AIC).
Así que, con esos datos reales emitidos por la autoridad investigadora competente, tarde o temprano se podría llegar al fondo y que la verdad salga a flote para castigar a todos aquellos criminales que planearon el robo del siglo, que maquinaron una forma tan ruin de quitarle el dinero a Veracruz.
Los que debieron participar en la trama de las empresas más tarde que temprano averiguarán que ¡No hay crimen perfecto!
Caras prepotentes y llenas de jactancia y suficiencia como las que lució el ex gobernador y casi ex priista Javier Duarte de Ochoa ante las cámaras de Televisa este lunes, o las del Contralor Ricardo García Guzmán y Antonio Gómez Pelegrín, pronto, muy pronto podrían cambiar por otras de preocupación y quizá de arrepentimiento tardío. A veces el tiempo da remansos… pero ¡No hay crimen perfecto!