Mucha expectación causó el programa de López Dóriga de este jueves… pero quedó a deber. Los dirigentes de los partidos políticos enviaron a sus sparrings a hacer rounds de sombra al programa “Los casos de Padrés y Duarte, el debate”, pero lo que la gente de a pie esperaba, el reconocimiento generalizado de la corrupción, ocupó solo algunas líneas por parte de los asistentes (los Senadores priístas Ernesto Gándara, Gastelum Diva y Héctor Yunes Landa; los Senadores panistas Javier Lozano y Laura Rojas; así como al expresidente del PAN, Germán Martínez). Tres panistas vs tres priístas, que se dedicaron a injuriar a los de enfrente. Todo el programa se reumen en una simple frase: “nosotros somos rete honestos, no metemos las manos al fuego por nadie… mientras que ustedes son la imagen viva de la corrupción”. Esa frase póngasela a quien sea, y le queda bien. El problema es que no entienden que la gente no les cree no porque haya gobernadores prófugos, sino porque no hay correspondencia entre sus propios sueldos de políticos y cómo viven, porque en espacios abiertos como el de ayer, en lugar de señalar a su vecino de bancada, se dedican a señalar y hacer leña del árbol caído. No es escupiendo al de enfrente como se gana credibilidad. En Veracruz, es cierto, Héctor Yunes señaló a Duarte y pidió su renuncia... pero no dijo nada de los diputados y funcionarios ahora también señalados que estuvieron con él en su campaña. ¿Hacer leña del árbol caído? ¡Cualquiera! Pero así no tiene chiste.