Cuando los alcaldes priístas y avecistas vieron que sus colegas perredistas y panistas tomaron el toro por los cuernos, se armaron de valor y se les unieron valiéndole una pura y dos con sal sus afinidades políticas con el actual gobernador interino Flavino Ríos Alvarado. 

Inédito ver a un grupo de alcaldes insubordinados en pie de guerra y en la céntrica calle de Enríquez, frente al ex poderoso Palacio de Gobierno, pancartas en mano, exigiendo los recursos federales que alguien se embolsó y no les entregó. 

Solo faltó que se encueraran como los seguidores de César del Ángel para completar el cuadro.

Un hecho inédito, pero real. La rebelión en la granja se está dando en vivo y a todo color en la capital veracruzana, y en las meras barbas del Gobernador cuyo poder ultramegafísico durante 86 años subyugó a los alcaldes y los tuvo en un puño, sobajando su estatus de libres y soberanos, pisoteando sus funciones. 

Pero luego vino más. Como Antonio Gómez Pelegrín, titular de Finanzas del Estado, tiene las bolsas secas y saqueadas, le salió con nuevas promesas y calendarios de pago como las que jamás cumple. Los alcaldes perredistas y panistas tomaron el Palacio. Se metieron hasta la cocina. Exigieron la presencia de Pelegrín y prácticamente lo secuestraron dentro de Palacio el viernes. El hombre sudaba a mares pero no soltó el dinero. 

A partir de ahí todo se complicó. Las promesas no sirvieron y Pelegrín mejor se fue a dormir. Los alcaldes no fueron y llevan dos días pernoctando en Palacio. Patético lo que está pasando adentro y afuera de ese emblemático edificio que el Gobierno se empeña en decir que es la Casa del Pueblo. Luego alcaldes priístas, avecistas, líderes políticos del PAN y PRD, diputados panistas y perredistas, de plano “Clausuraron” el Palacio ante la falta de pago. 

La noticia, fotografías y videos corrieron por todo el país. 

Este lunes los demás alcaldes harán lo propio, y al mando del alcalde xalapeño Américo Zúñiga Martínez harán lo propio y reclamarán el pago de sus adeudos. 

¡Anarquía! Gritaban unos. ¡Legítimo! Decían otros. Pero este fin de semana Veracruz y los alcaldes derrumbaron los viejos conceptos de la disciplina y de las buenas costumbres. Pero no fue gratuito. Antes Javier Duarte los insultó, los pisoteó y se burló del poder municipal. 

Peculado significa, en el campo del Derecho, la malversación de los caudales públicos. Es un delito que cometen los que se apropian indebidamente del dinero perteneciente al Estado por parte de personas que se encargan de su control y custodia. El peculado solo puede ser cometido por un funcionario con bienes dispuestos bajo su cuidado. El dinero que alcaldes del PAN, PRD y PRI, pelean le sea entregado fue depositado por la Federación en las manos del titular de SEFIPLAN, Antonio Gómez Pelegrín, para que les fuera entregado a los Ayuntamientos. La lucha es legítima, y quienes cometieron el peculado aunque entreguen el dinero deben ser procesados por ello.