En las elecciones del año pasado el factor para la derrota del PRI, que perdiera por primera vez la gubernatura, fue el ex gobernador Javier Duarte de Ochoa. Era una derrota anunciada, se convirtió en un lastre para la formula PRI/PVEM
El mismo fenómeno podría presentarse en esta ocasión, teniendo como eje de esa contienda al gobernador que mantiene una decepción generalizada entre los veracruzanos. Insisto el 4 de junio la historia se puede repetir ahora en detrimento de la alianza PAN/PRD .
Posiblemente se volvería a manifestar el mismo comportamiento entre el electorado.
No es que el candidato a la alcaldía de otro partido sea tan carismático, sino que la duda de que el candidato paniperredista pudiera resultar igual al gobernador, es lo que los mantendrá con esa incertidumbre.
Por cierto que esa alianza se ve en las campañas y en las elecciones, pero en la conformación del gobierno se pierde la imagen de uno de esos partidos. Los panistas desdibujaron al partido amarillo, este instituto perdió su identidad izquierdista.
El PRD volvió a aceptar ir junto al PAN en las elecciones de este año, a pesar de ver que no figuran esos funcionarios emanados de esa organización. Al secretario de Gobierno, que fue la máxima posición que le ofrecieron a los perredistas, le quitaron casi todas las funciones como autoridad y solo sirve de decoración.
Por si alguien reclama del Sol Azteca, pueden decirle que ahí está en la segunda posición uno de los suyos. Tal y como quedaron, pero solo de observador.
Que lamentable que Rogelio Franco Castán no pueda ni siquiera cumplir sus compromisos, con aquellos que lo siguieron hasta el último momento de la campaña y ahora de plano ni les contesta el teléfono. |