Para los comerciantes establecidos de la zona del malecón las fiestas carnestolendas, lejos de dejarles una derrama económica, les genera gastos pues tienen que pagar de su bolsillo vigilancia nocturna para evitar que personas hagan sus necesidades fisiológicas en las entradas de sus negocios pues aseguran que mucha gente viene principalmente a emborracharse y hacer desmanes. “En Carnaval las ventas no tienen repunte, pues nada más es pura tomadera, ver el desfile y casi no gasta la gente, aquí en la zona turística nuestras ventas son, no voy a decir que nulas, pero sí muy bajas, para nosotros el único motivo de venta es Semana Santa”, aseguró la comerciante Adriana Martínez Gómez. En esta temporada para la vendedora de artesanías, quien cuenta con un local en el malecón, es común que encuentre los candados de la cortina de su negocio defecados, pues la gente, en total estado de ebriedad, realiza sus necesidades en las entradas de los negocios. “Esto está en declive, se orinan y se hacen ‘popó’, ya contratamos a un señor que nos vigila desde las tardes, porque también hay gente muy prepotente, gente que aún en su sano juicio anda viendo qué se puede llevar”, explicó la comerciante. Ante estas experiencias que año con año padecen, los comerciantes se vieron en la necesidad de tomar medidas para evitar estas cochinadas que se suscitan por la época carnestolenda, pues tampoco cuentan con el apoyo de las autoridades municipales. Sacamonedas Por su parte, Beto Hernández, uno de los famosos “saca-monedas” aseguró que durante la fiesta de la carne es cuando más padecen, pues casi no tienen trabajo. “No, si acaso, sacaremos unos 100 pesos al día, ¡si acaso!, si es que hay, porque no hay nada, hoy apenas llevo 5 pesos, y ya son como las 12. No creo que el Carnaval nos ayude, ahorita solo somos como 4 los que trabajamos aquí, yo seguiré viniendo en mi horario normal”, lamentó el personaje. En esta temporada el número de saca-monedas no incrementa, pero durante Semana Santa se pueden encontrar hasta 14 personas trabajando en las aguas del Golfo de México, en ese pedacito de mar que está junto al malecón del puerto jarocho. Turismo temeroso Omar Mora es otro de los vendedores de la zona, él se dedica a la venta de perfumes, sin embargo sus esperanzas no se avivan con las fiestas del Rey Momo. “Tengo 7 años vendiendo aquí, y la verdad ahorita las ventas están muy bajas, no se gana mucho, pero ahí la llevamos, aunque siempre esperamos que en Carnaval nos vaya mejor, ya no es igual que en otros años, ya no”, expresó sentado en su puesto donde también vende playeras y otros artículos. Lamentó que la violencia y la inseguridad de los últimos tiempos ahuyenten al turismo que antes visitaba Veracruz para disfrutar del Carnaval. “Hay gente, amistades que nos hablan y nos preguntan cómo está la cosa, nosotros les tratamos de explicar que la violencia no es en Veracruz, sino en los alrededores, pero desafortunadamente los medios luego no dicen en realidad en dónde es, simplemente aseguran que es en Veracruz y pues la gente ya no quiere venir”, expresó. Ventas bajas Esbeidy Viveros, trabajadora en un puesto de comida, coincidió con el resto de los entrevistados. “De por sí el Carnaval no nos beneficia mucho, aquí lo bueno es en Semana Santa, ahorita no hay mucho turismo, los días buenos fueron el fin de semana, ahorita ya la venta está muy baja”, aseguró. Coincidieron que por las noches la delincuencia se pone de manifiesto y que se aprovechan de las multitudes que se generan durante los masivos para realizar sus fechorías y de paso robar entre los comerciantes de la zona. Finalmente atribuyeron esta situación a la mala economía e inseguridad por la que está pasando el estado desde hace 5 años a la fecha.
Agencia imagen del golfo |