En graves y sospechosos contradicciones ha caído en las múltiples entrevistas que en vivo le hicieron diferentes medios nacionales la dirigente nacional del PRD Alejandra Barrales. 

La primera sospecha surge cuando Barrales se enteró que Univisión publicaría el tema de un lujoso departamento en Miami de su propiedad, de casi un millón de dólares y corrió a corregir e incluirlo en su declaración 3 de 3. 

Lo menos que se puede pensar es que trató de ocultar la propiedad en los activos de una empresa transportista, cuya única operación fue adquirir ese bien. 

Esta empresa no opera según su razón social, pues según Barrales no cuenta con capital para operarla. 

En fin, todo un enredo que no le cuadra a la dirigente política. 

Habrá que esperar que alguna autoridad anticorrupción atraiga el caso y no quede en el limbo como el de la Casita Blanca y tantos más que se han perdido en el anecdotario de la corrupción de este país.