En las dos últimas colaboraciones publicadas en este espacio, abordamos el tema de la pobreza y su impacto en la competitividad estatal para la atracción de la inversión privada, habida cuenta que es donde descansa la generación de empleos, con salarios dignos y prestaciones sociales, los cuales oficialmente se contabilizas con el número de trabajadores afiliados al Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS). También cometamos que hasta la fecha, a excepción del finado gobernador Agustín Acosta Lagunés, nuestros gobernantes se han dedicado a cuidar sus intereses y la de sus muy cercanos colaboradores, olvidando el sagrado deber de velar por el bienestar de sus conciudadanos. Prueba de esta aseveración son los diez u once lugares que el estado de Veracruz ha perdido en el ámbito nacional conforme a los informes sobre desarrollo humano en el periodo 1970-2010, del lugar 19, ahora nos ubicamos en el 29, solo arriba de Chiapas, Oaxaca y Guerrero, de acuerdo a las estimaciones del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD). También comentamos que de acuerdo con investigaciones de orden científico, se ha comprobado que los pobres tienen un promedio de vida menor que el resto de la población, además de las desventajas en el campo laboral, entre las que destaca la baja escolaridad, salud precaria y confort de sus viviendas. Hasta la fecha los programas de combate a la pobreza han sido letra muerta o sus recursos federales han sido objeto de la corrupción sistemática. Veracruz siempre adelante en el tamaño de la población pobre.

Sin embargo, nuestros políticos no entienden que las evaluaciones de sus actos de gobierno están a la orden del día. Siendo el más potente indicador de acuerdo a los expertos los grados de pobreza en el ámbito nacional, por estado y municipio y dentro de la norma legal, la Ley General de Desarrollo Social del año 2004, le concede atribuciones al Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) para realizar las estimaciones al respecto. De tal manera, que abusando de la paciencia de ustedes amables lectores, me permitiré citar algunas cifras del número de pobres que estima Coneval para Veracruz: año 2005, tamaño de la población pobre 4 millones 216 mil; año 2010, número 4 millones 468 mil; año 2014, número 4 millones 634 mil. Con esto queremos demostrar que durante los gobierno de Fidel Herrera y Javier Duarte, creció de manera desmesurada el número de pobres en el estado, siempre ocupando el primer lugar en el país en cuanto a su aportación de población pobre. 

Pero como se decía, aún hay más, y adelantando los resultados que próximamente se publicaran, para el año 2016, llegaremos a más de 5 millones de pobres. Mínimo es estas dos últimas administraciones del Gobierno Estatal, se incrementó el número de población pobre en más de 750 mil personas. Duele, pero lo único que podemos señalar que estos gobernadores y sus colaboradores enloquecieron, sometieron a Veracruz a una tortura de doce años. El saqueo de las arcar públicas fue su signo. Dejaron una estela de daños peor que cualquier fenómeno hidrometeorológicos: finanzas estatales quebradas, las peores carreteras del país, el tratamiento de aguas residuales fue cosmético -los resultados son nuestras playas contaminadas-, el sector salud con las peores evaluaciones del país, no se salva la educación básica y universitaria, por citar los más importantes. Lo peor, no hay signos de mejora con el actual Gobierno Estatal, los indicadores del año 2017, señalan la continuación de la tendencia a la baja en la economía, hay una pérdida de 8 mil 687 empleos IMSS permanentes y eventuales urbanos en el periodo de diciembre de 2016 a marzo 2017. Quiere decir que continuará en Veracruz el cero crecimiento de la economía en términos per cápita del periodo 2013-2016. Con este año, alcanzaremos 5 años a la baja y con la inseguridad, no existen las condiciones para el florecimiento de oportunidades de trabajo con prestaciones sociales. Pesimismo total, a seguir ajustado el cinturón.