La descalificación sirve para hacer ruido, para distraer de lo esencial, para desviar la falta de propuestas propias hacia temas más triviales que no superan ningún análisis serio.

En las redes sociales son muchos los candidatos que son víctimas de imágenes falsas y editadas destinadas a la confusión, y que desafortunadamente tienen tan buena producción, que muchos se van con la finta.

Tan solo para poner dos ejemplos, al candidato Marcos Isleño, candidato del PRI-Verde en Medellín, le editaron imágenes de espectaculares con la leyenda “Ahora sí NO VOY A ROBAR”; mientras que a Rafael Fararoni, del PRD-PAN en San Andrés Tuxtla, le editaron sus imágenes de campaña con “Sé que no te cumplí lo que te prometí la vez pasada. Esta vez sí lo haré”.

Más allá de que ningún candidato se promovería de esa forma, en redes sociales la inmediatez es tal y el análisis escasea, y aunque se les haga saber que la imagen es falsa, el daño se logra pues la semilla de la duda se ha sembrado.