Tiene razón el candidato del PRI-Verde a la alcaldía de Xalapa, José Alejandro Montano Guzmán, al afirmar que no es con más policías ni con más balas como se resolverá el problema de la inseguridad.
Como sociedad necesitamos aplicarnos y poner más atención en la formación y cuidado de la niñez y la adolescencia, se necesita trabajar en la reconstrucción del tejido social. No hay de otra. Las acciones pueden ser de contención o de prevención, y aunque no se puede descuidar ninguna es necesario mirar a futuro porque ninguna solución será inmediata.
Para que la inseguridad termine de tajo se necesitarían acciones contundentes que implicarían un desgarre doloroso y lamentable. Montano afirmó al respecto: “Necesitamos recomponer el tejido social, porque fracturado es el abastecedor de jóvenes a la delincuencia, por ello priorizaremos la asistencia social y el mejoramiento de la calidad de vida”.
Es difícil entender que cuando menos entre los desaparecidos uno de cada dos es menor de edad. Son nuestros jóvenes la carne de cañón, y a ellos como sociedad nos debemos.
Montano propone la creación de 13 Centros de Convivencia, que contarían con cancha de futbol rápido, de basquetbol, de voleibol, juegos infantiles, estancia con Internet para jóvenes y tres aulas para talleres de capacitación para el autoempleo dirigidos a mujeres. Además, cada uno tendría terminal de autobuses, sitio de taxis y un módulo de seguridad.
Es una propuesta obviamente insuficiente si se toma de forma aislada, pero ésta, junto con las demás acciones de prevención y atención a la calidad de vida que el candidato o la candidata que gane puedan poner en práctica, significarían oportunidades de desarrollo y sana convivencia.
El problema de la inseguridad es una hidra de mil cabezas y aunque no lo parezca la pobreza y la desigualdad, por sí mismas, no se correlacionan con ella. Datos en Semáforo Delictivo determinan que la correlación con delitos de alto impacto es negativa. A mayor pobreza extrema o desigualdad, son menores los delitos de alto impacto, los robos e incluso los delitos sociofamiliares como lesiones y violación. La pobreza y la desigualdad, por sí mismas, no correlacionan con la inseguridad.
Lo que sí impacta en la violencia en México están: Corrupción, Ineficacia de autoridades, Poca transparencia, Narcomenudeo, Falta de oportunidad para jóvenes, Falta de interés de los ciudadanos.
La violencia es, por tanto, responsabilidad directa de los gobiernos con su corrupción, ineficacia y opacidad… pero también el interés de la misma sociedad.
No es con más balas ni con más policías, es con nuestra atención y las oportunidades de desarrollo y calidad de vida.
Propuestas como estos Centros de Convivencia, no deberían ser tomadas a la ligera. Es necesario que entendamos la importancia y profundidad que tienen y cómo podrían cambiar nuestro entorno. Gane quien gane, ojalá adopten esta propuesta.
@atticuss1910 |