Tanto que habla y habla el dirigente nacional del PRI, Enrique Ochoa Reza, de que en su partido no hay cabida para corruptos (según le afirmó a Ciro Gómez Leyva), pero hay dos perlas que demuestran o cuando menos ponen en duda lo que afirma.

En el Congreso Federal los diputados priistas frenaron el desafuero del ex tesorero de Javier Duarte, Antonio Tarek Abdalá.

Y aunque Ochoa Reza pueda decir que eso no está en su cancha, cómo explicar que la Comisión Nacional de Justicia Partidaria del PRI, mantiene congelado el proceso de expulsión de Tarek solicitado desde el 10 de noviembre del año pasado. 

Es decir, a la fecha, Tarek sigue siendo diputado con protección parlamentaria y priista por conveniencia partidista.

En fin, a ver si cuando caiga la voladora no salen con el cuento de Gina Domínguez, que una vez arrestada inventaron el chisme de que hacía meses que había dejado de ser Presidente de la Fundación Colosio. 

Cada vez que habla Ochoa Reza hace reír a quien lo escucha, por algo dicen que todo aquel que lo entrevista “come pichón”.