Los bebedores de café vieron el destape de Miguel Ángel Yunes Linares como un inesperado campanazo político nacional. 

Destape que Miguel Ángel, obviamente, debió autorizar pese a que se haya desmarcado y haya afirmado que él está concentrado en gobernar.

Pero en política el azar no existe; todo se teje, y el que tiene más saliva traga más pinole. 

Fue un brinco justo antes de la debacle del PAN prevista en el Estado de México, que hará tambalear las aspiraciones del puntero Ricardo Anaya.

El próximo lunes el PAN y el PRD nacional tendrán que sacar sus lupas para buscar al personaje que les asegure -en solitario o en alianza- el triunfo en el 2018 como sostuvo hoy en Xalapa el ex presidente Felipe Calderón. 

Tan seriamente ven esa posibilidad los panistas y perredistas veracruzanos, que quien hoy lucía una sonrisa de oreja a oreja, era Rogelio Franco Castán, Secretario de Gobernación, pues la posibilidad de gobernar Veracruz -aunque sea unos cuantos meses- no le debe desagradar, ¿O a poco cree que no se despertó hoy diciéndose "ya me vi"?

Canillazos para los incrédulos y adormilados.