Con el urgente cambio en la dirigencia del Partido Revolucionario Institucional en Veracruz, también es necesaria la renovación por completo de sus sectores y organizaciones, pero sobre todo de sus liderazgos juveniles que sólo han dejado mal parado a este instituto político.

  Los paladines de los frentes púberes revolucionarios, -en el que se incluye al disminuido Sandro Gómez Valdés- sólo han utilizado esta posición para beneficio personal y de su círculo, olvidándose por completo de la verdadera militancia joven en la entidad.

  Incluso para muchos, este personaje a su muy corta edad, es ya un apestado más dentro del PRI de Veracruz.

  La neta.

  Y es que este líder después de impugnar las designaciones y de exigir sus cuotas para la “Red de Jóvenes por México” quedó en el completo ridículo.

  Le explico.

  Ante sus malos resultados, a Sandrito no le alcanzó ni para su regiduría que tanto soñó en el municipio de Emiliano Zapata.

  Sí leyó usted bien.

  Este chavo, no pudo ni siquiera consolidar su liderazgo en su localidad, ayudando a que su partido quedará en el grotesco quinto lugar en la pasada elección, demostrando su falta de capacidad política y operativa, ya que ante una derrota anunciada para el tricolor, Sandro no pudo cuidar su posición edilicia.

  Es decir confiado como siempre, Gómez Valdés se cruzó de brazos y esperó que los votos para el PRI llegarán de manera natural solamente porque este duartista estaba en la planilla. 

  Triste su caso.

  Servidos señores.

@IvanKalderon

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