Fidel Herrera fue hábil al desplazar a los dinosaurios y mantenerlos quietos incrustando a sus hijos en la política.

Esos jóvenes -unos cuantos elegidos- ocuparon puestos directivos y se apoderaron del partido llevándolo a su peor derrota.

Entre los dinosaurios y esa generación cocinada en microondas, quedó gente valiosa que ahora está juntándose para la renovación del PRI, y para que el partido atienda a las bases y a las clases sociales olvidadas, y que no admiten que los últimos resultados fueron “buenos resultados”.

Son adultos jóvenes renovados, sin corromper, personajes que tienen trabajo partidista, y que saben que la política no es para servirse.

En una primera reunión realizada en días pasados, sentaron las bases que les permitirán realizar una gran convocatoria para que priistas afines a principios y características, se sumen y luchen por demostrar a Veracruz que en el PRI sí hay personas valiosas.

¿Se imagina? Está por nacer una corriente realmente crítica, adultos jóvenes que no ven la política como negocio y que podrán darle sangre nueva al PRI de Veracruz.

Esté pendiente.