“La muerte siempre ha sido un misterio, a todos nos llegará en algún momento, a algunos se les ha permitido saber cuándo va a suceder”.

Gustavo Adolfo Iram Ávila en su muy leída columna Ruiz Cortinadas, narra varios de estos casos de una manera amena aunque bien sabemos que meterse con la muerte no tiene nada de ameno. 

Pero ese es el secreto de los que bien escriben, hacer amenos los temas. 

Gustavo menciona al personaje histórico, el Emperador austriaco Maximiliano de Habsburgo quien sintió miedo a morir; y la aberración histórica que hizo al respecto el pintor francés Édouard Manet. 

Pero también menciona el caso de dos de sus amigos: Roberto Castellanos y Moisés Herrera, a quien cuando el doctor le dijo que le quedaban horas de vida, dijo fríamente: ¡Tráiganme un notario!

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