El gran dilema del PRI es que nadie quiere ser candidato uninominal.

El “partidazo” no garantiza triunfos, es una inversión demasiado riesgosa: una aventura.

Los priistas dicen estar quebrados, lo que lograron amasar es  “sagrado”, ‘Eso no se toca’.

¿Meterle dinero “bueno” al malo? ¡Ni loco!

En la municipal pasada, la lucha fue por las regidurías pluris.

En Veracruz, Boca del Río, Xalapa y muchos otros municipios no había candidatos, y a los que convencieron con promesas que nunca les cumplieron, por orgullo le metieron de sus ahorros y muchos quedaron endeudados.

Es más, ya ni los cargos directivos del PRI son atractivos.  En la CNOP le rogaron a Erika Ayala que no renunciara. Nadie quiso.

La CNC y la CTM están muertas, no hay delegado general del CEN, y ni secretaria general tienen.

Y las prerrogativas, ¿quién se queda con la millonada?

¿Y, en los demás partidos no pasa lo mismo?