Todo mundo en el PRI lo sabía, pero no se atrevían mover el tema para ver si la diputada finalmente decidía seguir en el partido.

Esperaban que en enero del 2018 cuando se cumpliera su periodo estatutario simplemente desapareciera del CDE sin escándalo, sin ruido.  

Pero nada de eso se dio y Regina simplemente se les fue.

En el PRI no valoraron el capital político de Regina y su hermana Fabiola; Javier Duarte jamás le cumplió acuerdos, la usó en elección tras elección, la hizo Subsecretaria de Desarrollo Rural y Secretaria General del CDE y diputada local plurinominal, pero no le soltó la titularidad de la SEDARPA ni la presidencia del CDE.

Hoy el CDE amaneció sin Secretaria General.

Merecido porque Duarte y los que siguieron solo la batearon.