A quien piense que el pase al PAN de Regina Vázquez Saut y Basilio Picazo Pérez es cualquier cosa y solo se trató de una jugada de Palacio para conservar la Coordinación Política en el Congreso, permítame decirle que el asunto va mucho… pero mucho más allá.

La adhesión de Regina y Basilio implica que el PRI pierde el control político de los distritos electorales importantísimos  como Acayucan y Papantla;  significa que se le van miles de votos que los dos diputados controlan. Sabido es que Regina y Basilio sí ejercen y seguirán ejerciendo el control político en esas parcelas.

Con Acayucan y Papantla fuera del control priista representará un muy duro golpe para quien resulte candidato del PRI a la gubernatura. Y por si fuera poco, también para el candidato presidencial priista que igualmente verá mermada la cuota de votos que que proyectan les daría Veracruz para la cuenta nacional. Y, por otro lado que no marginal efecto con esa jugada de Palacio se fortalece aún más al Frente Amplio Democrático que conforman el PAN, PRD y Movimiento Ciudadano.

Sin embargo, aunque así lo parece, la salida de los diputados Vázquez Saut y Picazo Pérez, no es lo único en el horizonte que hace vislumbrar un futuro más negro que la noche para el PRI en Veracruz; pues aunque se niegue y se afirme que entre los senadores Pepe y Héctor Yunes existe una “Alianza indestructible y sin caducidad”, en los hechos no se ve  más que una polarización soterrada de dos grupos en los que la unidad final se ve muy lejana y difícil.

Es más, entre los polarizados grupos de Pepe y Héctor, los de un lado temen -que entre más se acerca el destape- esa "buena" relación entre en riesgo.  La incertidumbre crecerá a medida que se tengan que definir las candidaturas al Congreso Local y Federal, lo que podría desencadenar en apoyos simulados, traiciones y hasta migración política hacia otros partidos. En lo que viene los priístas Pepistas y Hectorístas tendrán su verdadera prueba de fuego.

Otro tema que se ha olvidado o se minimiza en el análisis político es la falta de operación política de los legisladores federales y estatales, otrora poderosa maquinaria que resolvía, que operaba, que planchaba y que avalaban las fuerzas reales de los aspirantes en sus distritos. Hoy, la mayoría de ellos, ni se han acercado, ni se ve que se puedan acercar en los próximos meses por obvias razones.

Por otro lado, si MORENA postula a un político serio y de prestigio, sin duda disputará de tú a tú la gubernatura con el Frente Amplio Democrático (PAN,PRD, MC) y ¿el PRI?... bien gracias.  

Pero el problema real no es este diagnóstico sombrío, sino que los priistas, los Pepistas y Hectoristas, pueden llegar a minimizar la salida de Regina y Basilio e incluso hasta pueden llegar a celebrarla, sin querer darse cuenta de que así está el pipián y no está nada digerible.