Ante los recientes impactos mediáticos logrados por el Frente Amplio Democrático (FAD), no faltan quienes afirman que lo están inflando a través de columnas y encuestas que se publican en medios de alcance nacional. Tan es así, que extrañamente de cuatro días para acá ya se habla que el 2018 será una elección de tercios entre MORENA, PRI y sus aliados y el FAD.

También, ya se comenta que su abanderado para el 2018 será el panista Ricardo Anaya, que el candidato al gobierno de Jalisco será Enrique Alfaro y para el gobierno de la CDMX, Alejandra Barrales. Sin embargo, esas son por ahora estruendosas chinampinas para darle movimiento al caldero político.

La verdad es que no se esperaba, por las circunstancias políticas que viven los tres partidos integrados en el FAD, que se llegara a formalizar.

Con un PAN partido en tres poderosos grupos encabezados por Margarita Zavala, Rafael Moreno Valle y Ricardo Anaya; un PRD desfondado, del que fuertes líderes de las tribus que lo formaron corrieron hacia MORENA; y un Movimiento Ciudadano que aunque luchando solo ya es una fuerza política importante en Jalisco y tuvo mucho que ver con el sonoro triunfo de “El Bronco” en Nuevo León, no se le ve aún con la fuerza suficiente como para hacer estar a la par con el PAN o el PRD.

Pese a todo, el FAD es una realidad, ya presentaron al INE el  Acuerdo marco y a más tardar el 25 de este mes quedará legalmente formalizado.

Para los Partidos que integran el Frente, el que se haya eliminado el pase automático de Procurador General de la República a Fiscal General fue un triunfo, dice Dante Delgado, es una muestra, una pizca de lo que será más adelante la lucha de fuerzas en el Congreso.

Por ahora es válido que se le vea como irrelevante, como afirman los priistas, debido a que solo se le dio curso a una iniciativa del Presidente Peña Nieto. Es válido que se diga que el PAN, PRD y Movimiento Ciudadano lucharon en contra de algo que no estaba a discusión, que no tenía sentido, que no ganaron nada. Sin embargo, el tiempo le dará la razón a aquellos que vieron en lo sucedido por casi 8 días en San Lázaro, como algo inédito en el que las fuerzas unidas de tres partidos pudieron más que el poder presidencial y su Partido en el Congreso; sin toma de tribunas, sin campamentos, sin cierre de calles.

Habrá que ver esos hechos como una muestra de lo que tres partidos, más lo que se acumule (en el Frente Amplio Democrático), podrán hacer del 2018 al 2024, ganen o no la próxima Presidencia.

De no ganar la Presidencia, el FAD en el Congreso, se convertirá en una pesadilla para el Poder Ejecutivo. De Andrés Manuel López Obrador, del PRI o de quien resulte ganador en el 2018.

Por ejemplo, con un FAD legislativo en el Congreso, AMLO, por ejemplo, no podría borrar de un plumazo o a capricho, lo que finalmente resulte positivo de las Reformas de gran calado aprobadas en el presente sexenio.

En cambio, si el FAD gana la Presidencia es casi seguro que sus tres fuerzas unidas en el Congreso les permita tener las mayorías para legislar en línea con el Programa de Gobierno con el Poder Ejecutivo, algo que hace tiempo no sucede en el país, desde que José López Portillo equilibró las fuerzas políticas en el Congreso con las fórmulas plurinominales.

“La figura del FAD está en la Constitución y va más allá de alianzas y coaliciones políticas”, afirma para Figuras y Figurones, Dante Delgado Rannauro. “Es una figura pensada en llevar a la sociedad hacia un proyecto colectivo, más ciudadano que partidista, que le dé dinamismo, que le dé movimiento al país”.

Tres de los principales y primeros acuerdos del Frente son, explica Dante:

Uno: Legislar para que en México haya “Cero financiamiento público para los Partidos Políticos”.

Dos: Lograr un Gobierno de Coalición que contemple en su estructura un Jefe de Gabinete, que no solo coordine, sino que por ley sea corresponsable de lo que suceda en los ramos de despacho.

Este último punto, es lo que Manlio Fabio Beltrones y el movimiento plural conocido como el Cuarto Polo, pugnaron con personajes de reconocido prestigio como Cuauhtémoc Cárdenas, Diego Fernández de Ceballos, Juan Ramón de la Fuente, María de los Ángeles Moreno Uriegas y el mismo Dante Delgado, entre otros.

Tres: Legislar para que el Presidente someta a la consideración del Congreso el perfil de sus colaboradores de gabinete, para terminar con esa facultad discrecional de poner y quitar funcionarios a su antojo. Quienes lleguen al gobierno, deben saber su trabajo. Los cargos públicos no son para llegar a aprender sino a servir, sostiene Dante Delgado.

17 años han demostrado que la alternancia política sin un verdadero cambio de régimen es un fracaso, el Pueblo de México ya no quiere gobierno de partidos, quiere un gobierno de buenas prácticas, apunta el ex gobernador de Veracruz Dante Delgado.

¿Quién será el candidato presidencial del Frente? Eso es secundario, primero, lo principal, es el acuerdo en las cúpulas partidarias para el programa de gran aliento. Lo demás será accesorio y hay tiempo suficiente para el consenso para definir el nombre del abanderado.

Pero una cosa es cierta, el FAD no es ni será un esquirol del PRI para vencer a MORENA, si así lo fuera se hubiera hecho una simple Alianza electoral o una Coalición de Partidos cuyo tiempo de vida es muy corto.