Hasta antes de los sismos que sacudieron a México, uno el 7 y otro el 19 de septiembre, todo estaba listo para que desde el Altiplano se reacomodaran las fichas y se dieran los primeros cambios rumbo a la sucesión presidencial del 2018, sin embargo, en estos momentos, es más importante la emergencia nacional, que buscar al candidato del partido en el poder, lo que le restaría muchos más puntos a la política.

Lo que sí es muy claro es que el PRI ha despejado muchas de sus dudas y sobretodo el Presidente Peña Nieto quien ve en la figura de José Antonio Meade al sucesor ideal para continuar con las reformas estructurales que tanto necesita el país, conservar en la mayor medida la estabilidad económica y sobretodo tener una buena relación con el país vecino. 

Y es que a diferencia de Osorio Chong quien era el consentido para encabezar los esfuerzos priistas para conservar la presidencia, Meade Kuribreña, no ha sido expuesto en redes sociales ni ha fungido como figura de contención en temas tan delicados para el país como: la desaparición de los 43 de Ayotzinapa, la huelga del Politécnico, los discursos de misoginia o el más reciente encuentro de rechazo entre Osorio Chong y los defeños que lo sacaron literalmente “a huevazos” de un recorrido que realizó por la zona devastada por los sismos y en donde el Secretario de Gobernación solo jugó el papel más ruin de la contingencia.

Según un análisis de la consultora mexicana “Lo Político”, José Antonio Meade Kuribreña sería algo así como el tecnócrata que todos quieren ser, un especialista en manejar el quehacer político, más no un político de los que todos los ciudadanos están hartos.

El estudio comienza con el análisis de la carrera y el análisis FODA del actual Secretario de Hacienda y de la percepción generalizada de que los funcionarios públicos son corruptos, soberbios, patrimonialistas y abusivos. Pero hay una excepción generalmente aceptada: el Doctor Meade.

“José Antonio Meade Kuribreña tiene la imagen de ser afable y amable con todos sus interlocutores por igual, sean gobernadores, empresarios encumbrados, modestos colaboradores e incluso el personal de intendencia”, dice el análisis.

También públicamente se le reconoce el ser honesto y cuidadoso con los recursos públicos a grado tal que suele viajar en clase económica y manejar personalmente su Toyota Prius cada vez que le es posible.

Emanado del área financiera de la administración pública, llegó a ser primero, Secretario de Energía y posteriormente de Hacienda y Crédito Público al final del gobierno del panista Felipe Calderón. Caso extraño en la época de la alternancia, repitió cargo en el gabinete, pero con el priísta Enrique Peña Nieto, si bien al principio en Relaciones Exteriores, pasó después a Desarrollo Social y en la segunda oleada de cambios en la administración llegó nuevamente a Hacienda.

Licenciado en Economía por el Instituto Tecnológico Autónomo de México y en derecho por la Universidad Nacional Autónoma de México, conoce la formación académica tanto pública como privada en alto nivel. Obtuvo su doctorado en la Universidad de Yale. Ha sido catedrático en el ITAM y en Yale.

Cabe mencionar que el presidente Calderón fue, antes de ser candidato presidencial, Secretario de Energía, mismo cargo que ocupó Meade; que sustituyó al secretario Ernesto Cordero, quien fue precandidato presidencial panista; que fue compañero de estudios de Luis Videgaray, su antecesor y sucesor en Hacienda; que se le reconoce su labor en la creación de la Financiera Rural y en la Secretaría de Desarrollo Social.

Meade tiene experiencia directa con el sector agrícola, los financieros y con diplomáticos por igual. Pero, además, ha estado cerca de dos sucesiones presidenciales.

Pesa en su contra lo que para algunos puede ser una de sus fortalezas: no milita en partido político alguno, hay quienes lo señalan como un priísta de closet y otros como un panista cercano a sus figuras más notables. Lo cierto es que ha tenido cercanía con presidentes y políticos del PRI y del PAN.

Cabe destacar que, de los precandidatos presidenciales menciona- dos, es uno de los más jóvenes -48 años- y el único que tiene tres hijos menores de edad, lo que podría evitar conflictos familiares, ya que aún dependen del entorno familiar. Lleva 23 años casado con la también economista y pintora Juana Cuevas –a quien conoció en el ITAM- que lleva 10 años dedicada a la cultura y al arte. Es decir, sería el candidato con la imagen familiar más sólida y robusta.

También “Lo Político.Info” menciona que la cercanía y origen proveniente de un fuerte equipo técnico forjado durante el salinismo puede ser un activo o una debilidad dependiendo de cómo sea manejado el tema durante su posible campaña. 

Sin embargo, la percepción de que es “el menor de los males” podría serle de mucha utilidad. Un reciente cambio en los estatutos del PRI le abrió la posibilidad de ser candidato sin la obligatoriedad de haber ocupado puestos de elección popular. Este hecho se entendió como un primer visto bueno por parte del Presidente Peña.

La presencia mediática de Medae es robusta comparada con otros precandidatos a la presidencia como Aurelio Nuño, José Narro y Margarita Zavala. Le ha tocado bailar con la más fea: la dependencia encargada de cobrar impuestos y dar la cara cuando los precios a la gasolina subieron sistemáticamente. Aun así, ha hecho de la calma y buenos argumentos su mejor carta de presentación.

Esta consultora es manejada por una persona cercana al equipo de imagen presidencial y demuestra que los dados están cargados hacia Meade, el hecho es que está decisión habrá de mover los panoramas de Veracruz, tanto en el nombramiento del candidato del PRI a la Gubernatura como en las Senadurías donde una delegada estatal daba por hecho que sería la palomeada, pero que en su corta carrera es rebasada por alguien con mayor experiencia como Elízabeth Morales con dos padrinazgos importantes: el de Emilio Gamboa y Lorena Martínez...

Habrá que ver qué pasa... aunque ya la decisión del Presidente está tomada.

Al tiempo.

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